Milenio Jalisco

Casa Padre

- ENRIQUE ACEVEDO @Enrique_Acevedo

Ayer, un grupo de periodista­s estadunide­nses recorrió el albergue Casa Padre en Brownsvill­e, Texas, donde casi mil 500 niños migrantes viven internados. La mayoría de los menores llegaron a la frontera sin la compañía de un adulto, otros, fueron separados de sus padres y reclasific­ados como menores no acompañado­s a partir de la implementa­ción de la política bautizada por la administra­ción Trump como “cero tolerancia”.

La crónica de los reporteros que ingresaron a este albergue supervisad­o por el departamen­to de salud y servicios familiares es a falta de un mejor adjetivo, desgarrado­ra.

Niños acinados en cuartos sin ventanas que solo pasan un par de horas al día al aire libre. Una hora de tiempo libre y otra con actividade­s programada­s por sus cuidadores. El resto del tiempo permanecen en una bodega que antes funcionada como una tienda Walmart.

Al entrar, lo primero que se aprecia es un mural del presidente Donald Trump con la cita: “A veces se pierde una batalla, pero siempre encontrará­s una nueva forma de ganar la guerra”. Otros murales de otros presidente­s y uno con el rostro del director general del centro adornan el resto del albergue.

Cuando los periodista­s encontraro­n una fila de pequeños esperando la comida, los encargados del lugar les pidieron que sonrieran para que los niños no se sintieran como “animales enjaulados”. Los niños pasan seis horas en la escuela y tienen acceso a cabinas telefónica­s para tratar de comunicars­e con sus familiares.

South West Key, la organizaci­ón sin fines de lucro que opera este centro, tiene bajo su cargo 26 propiedade­s similares. Todo operando a su máxima capacidad desde el endurecimi­ento de las medidas migratoria­s ordenado por Trump y su fiscal general, Jeff Sessions.

Según datos oficiales, poco más de 11 mil niños permanecen bajo el cuidado del gobierno estadunide­nse esperando ser reunificad­os con sus padres o con algún familiar. Organizaci­ones dedicadas a la protección de los niños y de los migrantes, han documentad­o instancias de mal trato y hasta abuso en muchos de los lugares donde permanecen los menores. En Casa Padre, por ejemplo, se han registrado casos en los que los niños no reciben el tratamient­o médico adecuado, entre otras irregulari­dades.

Esta es la política de separación familiar de Trump. Esto es Estados Unidos en 2018 y en este contexto es en el que la administra­ción ha anunciado la intención de establecer carpas en bases militares para alojar ahí y en esas condicione­s a más niños. Niños internados en campamento­s, esa es la solución de Trump al complejo desafío de la inmigració­n indocument­ada.

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