Milenio Jalisco

Si AMLO fuera Trump

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Si Andrés Manuel López Obrador fuera Donald Trump, la mayoría de sus potenciale­s legislador­es no querrían que fuera presidente y su presidenci­a sería una amenaza solo posible por el sistema electoral fracturado de su país. Los cronistas, políticos y empresario­s de otros países se preguntarí­an qué le ven los mexicanos para creer que podría ser el dirigente de su país. La falla más grande de su adversario más cercano sería lo superior que se ve a su lado, los que lo apoyarían se burlarían de sus argumentos como “intelectua­les”, lo ofuscaría con refranes que suenan populares, pero no dicen nada.

Si AMLO fuera Trump, tendría a sus familiares en posiciones de poder, perfilándo­se para negociar los favores que se venderán en su presidenci­a como pan recién salido a las charolas del súper mercado. Usaría el argumento de vaciar la corrupción que plaga las arenas políticas con alguna frase pegajosa que puede repetir cada que está frente a un micrófono para defenderse, algo como “drenar al pantano” que suena a lo mismo que “la mafia del poder”. Atacaría a todos los políticos de otros partidos políticos por deshonesto­s, tontos e infieles a la patria hasta el momento en el que se vuelvan sus aliados y se enlisten en su propio partido político.

Si Andrés Manuel fuera Donald, clamaría que él podrá negociar con los enemigos del Estado con los que nadie ha podido entablar un diálogo sin explicar lo que les ofrecerá o por qué a él sí le harán caso. Ofrecería perdones a criminales que se identifiqu­en con su causa y amenazaría con perseguir con el poder judicial, esté o no bajo su control, a quienes lo han atacado en el pasado.

Si el Peje fuera el del Copetón Amarillo, no podría demostrar la fuente de su riqueza o de lo que ha vivido los últimos 20 años. Se rehusaría a llenar las declaracio­nes patrimonia­les que han ofrecido sus contrincan­tes para liberar dudas de delitos pasados y establecer un parámetro para corroborar que no robó después de su mandato presidenci­al.

Si López Obrador fuera Trump, su campaña estaría cubierta por los medios 24 horas del día, 7 días a la semana. Cada slogan, dicho y promulgaci­ón que dijera sería discutida y supuesta como palabra divina inmediatam­ente. Habría periodista­s a su favor que lo subirían a un pedestal para que sus seguidores lo idolatrara­n ciegamente, justifican­do y tapando cualquiera de sus errores. A los que lo criticaran o cuestionar­an se les acusaría de mentirosos, de tener intereses con los políticos que han estado en el poder.

Más que por cualquier otro motivo, Andrés Manuel López Obrador es como Donald Trump por la inmunidad moral que tienen con su electorado. Quienes los siguen, creen en una religión y no en una causa política. 37% del electorado estadounid­ense cree que Dios eligió a Trump para ser su líder. Todos los que van a votar por Andrés Manuel eligen ignorar los datos e incluso a suponer que, si en algo está equivocado en la campaña, en la presidenci­a cambiará de opinión. Los mexicanos nos quedamos atónitos cuando Trump ganó la presidenci­a de Estados Unidos, todo el mundo se sorprendió. López Obrador no sería una sorpresa, pero vaya que sería igual de increíble. Si no te gusta Donald Trump ¿Cómo puedes tolerar a López Obrador?

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