Senectud fecunda
El ejercicio de poder y del servicio público no está para improvisaciones. La prudencia también obliga a los ciudadanos electores. De elemental sentido común será que quienes tenemos que dentro de poco tomar la abrumadora decisión de escoger a quien se haga cargo del rumbo y conducción de una nación de 125 millones de seres humanos, ponderemos los antecedentes de quienes aspiran a nuestro respaldo. No hay candidato sin un pasado público. Ese es el espejo.
La vida es sabia y conjuga ímpetu juvenil y madurez de los mayores en la toma de decisiones. Así debe ser. La democracia afectiva deberá ser trabajo en equipo donde mujeres y varones, jóvenes y viejos aporten lo que a cada uno le corresponda.
El lábaro del Imperio Romano, que duró más de 500 años y transformó Europa y el Mediterráneo, dejando un sólido estrato de formas culturales para la evolución histórica de la humanidad, era SPQR: Senatus Populus que Romanus.
Senatus era el cuerpo colegiado de ancianos: la base del gobierno de la república. En muchos pueblos del mundo, y en el caso concreto de los pueblos originarios de nuestro país, son los ancianos quienes rigen el rumbo de la comunidad. En nuestro idioma nacional la palabra “señor” o “señora” significa originariamente: mayor de edad.
Nelson Mandela, después de largos años de encarcelamiento por el apartheid de los invasores blancos, llegó a ser Presidente de la República Sudafricana a los 75 años; y logró cambiar el rumbo de su Nación. Igualmente, José Mujica, después de muchos años de lucha social contra la dictadura impuesta por la Guerra Fría, fue electo presidente de Uruguay a los 74 años. En las Naciones Unidas estremeció a los delegados de todos los países; y condujo su país con mano ejemplar ejerciendo la socialdemocracia.
Winston Churchill, nació en 1874, llegó al Parlamento en 1901: a los 27años y resultó Primer Ministro en 1940, a los 66 años de edad. Sufrió burlas por su ancianidad. Se retiró de la política en 1964 a los 90 de edad.
Mahatma Gandhi, nacido en 1869, logró la independencia de la India en 1942, cuando tenía 73; a los 61 años había recorrido a pie 300 kilómetros en la “marcha de la sal”, violando la ley imperial británica pacíficamente: esa fue su rebeldía.
Jorge Bergoglio, cardenal argentino, ha sido electo papa Francisco de la Iglesia Católica a los 77 años. Con su mano enérgica está reorientando a su iglesia por la vía conciliar: primero los pobres.
A Guadalajara en 1771 llegó de obispo fray Antonio Alcalde “el fraile de la calavera”. Tenía 70 años. Lo primero que hizo fue recorrer pueblo por pueblo su extensa diócesis, que entonces cubría los territorios de Jalisco, Colima, Zacatecas, Aguascalientes, San Luis Potosí, Nuevo León, Coahuila, Nayarit, Texas y Luisiana. Construyó un programa de vivienda de 144 casas en 16 manzanas; fundó escuelas para varones y preferentemente para niñas, con beca. Promovió la fundación de la Universidad de Guadalajara, y un nuevo hospital, todavía vigente hoy, donde se aplicaron las primeras vacunas. En 1793se estableció en Guadalajara la imprenta: la segunda del virreinato. Fray Antonio murió a los 91 años, activo.
Colega, vecino, tocayo y contemporáneo suyo fue Fray Antonio de San Miguel, sevillano, fraile jerónimo, que llegó como obispo de Valladolid de Michoacán (hoy Morelia) en 1785, procedente del obispado de Comayagua, Honduras.
Ese año se desató en la región el “hambre gorda” con sequías y epidemias. El obispo estableció fábricas de hilados y tejidos, emprendió la construcción de la calzada y la renovación del acueducto, generando empleo. Recomendó a los curas hasta recetas nutritivas y distribuyó las escasas existencias de maíz, luchando contra el acaparamiento abusivo (en el que se distinguió poco después el Trigarante Agustín de Iturbide).
Implantó la “teología política caritativa” en una especie de social democracia o “estado de bienestar” (precursor de las encíclicas papales de León XIII; y de algún modo sucesor de José el Soñador y su faraón de las 7 vacas flacas).
A su sombra se hicieron curas Miguel Hidalgo y José María Morelos el arriero. Ante la consulta del Virrey Iturrigaray, el obispo le escribió un crudo análisis de la situación social del país, donde pueden verse las motivaciones de la Insurgencia.
Es cierto que uno de los candidatos a la Presidencia de la República, precisamente el que lleva ventaja en las preferencias electorales, tiene 64 años de edad y “está corrido en terracería”. Lo cual no le ha impedido recorrer intensamente todos los municipios de la República, y presentar a la consideración de los ciudadanos interesados (con la eficaz participación de sus 53 más cercanos colaboradores de primer nivel) la propuesta más completa y articulada para la regeneración nacional.