Promete crear oficina para fomentar el arte
Miguel Zárate Hernández, candidato por el Partido Acción Nacional (PAN) a la alcaldía de Guadalajara presentó hace algunos días su programa Capital Cultural. En su propuesta Zárate Hernández dijo que si gana crearía una oficina de fomento cultural, que fungirá como una agencia puente para la realización de subastas, concursos municipales y gestión de patrocinios. “También servirá para concretar un plan de becas a tapatíos sobresalientes en las artes para que tengan las oportunidades que se requieran para su desarrollo profesional, incluirá talleres de desarrollo de apreciación estética y artes para niños en varias colonias y barrios.
Zárate Hernández añadió que para el rubro de fomento y promoción de la cultura destinaría 120 millones de pesos. Comento que realizará “un programa integral de arte urbano donde los recursos sí lleguen a los artistas del barrio y la promoción del arte contribuya en la recuperación del arte público”.
Detalló que promoverá la exención o reducción de impuestos a empresas culturales, ya que considera que la cultura es uno de los principales motores de desarrollo económico, “por esto es necesario actuar de manera coordinada con las empresas culturales y proporcionarles las vías necesarias para impulsar su desarrollo y productividad a través de exención o reducción de impuestos”.
El candidato planteó la unificación de la red de centros y galerías municipales, ya que a través de la unificación se lograría que hubiera trabajos coordinados y la posible creación de nuevos centros en las zonas menos favorecidas de la ciudad. Otra iniciativa es el programa de adquisición de obras de Guadalajara, que consiste en apoyar a los artistas locales comprando sus obras para el acervo de los museos de la ciudad. También una especie de certamen multidisciplinario que promueva los mejores proyectos artísticos en museos y teatros, según el caso, con compensaciones monetarias, becas y viajes.
Para el candidato los artistas no han sido apoyados lo suficiente “incluso les han dado la espalda, de manera que es necesaria una reingeniería de la gestión cultural”.