París rehabilita el estudio de Giacometti
Cincuenta y dos años después de su muerte, el escultor y pintor suizo Alberto Giacometti (1901-1966) vuelve a Montparnasse, el barrio parisino donde vivió y trabajó durante 40 años, con la inauguración hoy del Instituto Giacometti, un espacio permanente en París dedicado por primera vez a su obra.
Giacometti alquiló en diciembre de 1926 un rudimentario estudio de 23 metros cuadrados en el número 46 de la calle HippolyteMaindron en París, un estudio mítico inmortalizado por grandes fotógrafos como Brassaï, Robert Doisneau, Sabine Weiss o Ernst Scheidegger. En este pequeño espacio, donde vivió y trabajó entre 1926 y 1966, creó alguna de sus mejores obras. Allí pintaba y esculpía incansablemente durante días sin importarle el frío.
«Su persona entera tiene el color gris de su estudio», dijo el novelista, dramaturgo y poeta francés Jean Genet, autor de El estudio de Alberto Giacometti, donde explica la forma de trabajar del artista y su proceso creativo. Tras la muerte de Giacometti, el estudio cerró sus puertas y volvió a su propietario. Hoy, una simple placa colocada en la fachada del número 46 de lacalle Hippolyte-Maindron recuerda que el escultor suizo tuvo allí su estudio durante 40 años.
Sin embargo, su viuda, Annette Giacometti, logró salvar todo lo que había en el estudio. Catherine Grenier, presidenta del Instituto Giacometti y directora de la Fundación Giacometti, considera que el estudio, indisociable de la leyenda del escultor suizo, es necesario para comprender su obra.
Por eso, han decidido reconstruir, con la ayuda de fotografías y con gran precisión, el estudio del pintor y escultor suizo en dicho instituto, situado en un precioso edificio art déco, cerca de donde estaba el estudio original y del cementerio de Montparnasse. Ahí se mostrarán algunas de las 350 esculturas, 90 cuadros y 2 mil dibujos del artista suizo. Destacan las esculturas Mujer sentada y Mujeres de Venecia. Para poder financiar la compra y reforma del edificio que alberga el instituto, la fundación vendió un cuadro de Joan Miró, que el artista catalán regaló al escultor.