LOS SOLICITANTES DE ASILO “NO SON UNA CARGA ECONÓMICA”
Francés CNRS sorprende al concluir que los refugiados tienen un efecto positivo en Europa
Un estudio del Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS), de París, la institución de investigación más importante de Francia, demuestra que “el criterio económico no puede pesar en la decisión de recibir o no a los refugiados”, ya que ellos no son un “peso” económico para las economías desarrolladas.
Así lo afirma Hippolyte d’Albis, director de investigación del CNRS y profesor de la Escuela de Economía de París (PSE), quien en un estudio intentó medir el impacto de los solicitantes de asilo y de los flujos migratorios sobre el producto interno bruto (PIB) por habitante en quince países europeos.
En entrevista con Sophie Fay, del semanario Le Nouvel Observateur (L’Obs), el experto explicó que para tal medición se utilizó un modelo basado en las estadísticas de 15 países a lo largo de 31 años, de 1985 a 2015 en “una aproximación nueva del tema migratorio en la economía. Y las tendencias son muy claras”.
De acuerdo con D’Albis, se pudieron distinguir “dos fenómenos”: en primer lugar, los flujos migratorios, es decir el aumento de la población no ligada a la natalidad, lo que puede incluir por ejemplo el alemán que está trabajando en Francia o el esposo o la esposa extranjera de un francés; y en segundo lugar, los solicitantes de asilo.
“Aquí encontramos dos resultados muy interesantes —añade D’Albis—. El impacto de los flujos migratorios en la economía es claramente positivo, mucho más de lo que pensábamos. No hay ninguna ambigüedad aquí. Y el efecto sobre la economía es inmediato”, confirma. A continuación, D’Albis pone de ejemplo que con un inmigrante por mil habitantes, el producto interno bruto (PIB) aumenta en promedio 0.17 por ciento en lo inmediato y llega hasta 0.32 por ciento el segundo año. También, la tasa de desempleo baja 0.14 puntos.
“Quedamos sorprendidos por la claridad de los resultados”, asegur.
Asimismo, , “el efecto de los solicitantes de asilo es muy claro”, dice.
“Se pondría pensar que, dado que ellos no pueden trabajar cuando llegan mientras que se le abre su expediente, que pesan sobre el crecimiento por habitante o que le cuestan dinero a las finanzas públicas. Pero no”, asegura D’Albis.
Al contrario, “el efecto es ligeramente positivo, muy cercano a cero. Así, no podemos decir que acoger a los demandantes de asilo sea un fardo económico para los países europeos” como normalmente se argumenta.
Agrega que “para darnos una idea de lo que se mide, los flujos migratorios han representado en promedio durante 30 años en Francia 1.14 personas por mil habitantes. Los solicitantes de asilo, 0.68 personas por mil habitantes. Esto no aumentó demasiado en el periodo reciente y en algunos países, como Portugal o el Reino Unido, la proporción es incluso a la baja”.
Al respecto, consultado sobre qué conclusiones pueden extraerse del estudio, el académico del CNRS de París afirma que, sin duda alguna, “el criterio económico no puede pesar en la decisión de acoger o no a los refugiados, ya que el efecto es ya sea neutro o bien positivo”.