¿De qué sirve la spotiza?

Estamos cerca de acabar con la spotiza. Por fin. Sesenta millones de spots en seis meses y medio. Va de nuez: 60 millones de

spots. De los casi 60 millones de mensajes en 3 mil 111 emisoras de radio y televisión, 41 millones serán de partidos y candidatos.

Poco más de 9 millones del PRI, 7 millones 200 del PAN, 4 millones 600 del PRD, casi 4 millones de Morena, 3 millones 600 de Movimiento Ciudadano, 2 millones 700 del Panal y cifras parecidas del PES y PT, más 690 mil de independientes y 18 millones 700 mil de la autoridad electoral.

Diecisiete millones en precampaña, 13 millones 700 en intercampaña, y casi 29 en las campañas. Ya, basta. Ahora, a juzgar por lo que dicen todas las encuestas, no hubo mucha relación entre el número de mensajes y lo que según las encuestas será el resultado de la elección, lo cual quiere decir una de dos, o que quienes hicieron los mensajes no tienen mucha idea de cómo hacer spots que impacten o que simplemente los spots ya no sirven para demasiado.

Creo que es lo segundo, porque la verdad hubo en esta elección piezas memorables, bien hechas, efectistas, que todos recordamos, pero que circularon principalmente en las redes. Porque las reglas de la spotiza son de otro tiempo. Que si no puedes decir tal cosa, que si no puedes decir esta otra, que si solo puedes decir tal y tal. Que si ya te denuncié frente al INE, que si el Tribunal ya dijo que tienen razón.

Los spotiza entonces se vuelve una cosa aburrida, sosa, que no dice nada.

Nuestro modelo de comunicación es viejísimo, hoy nadie ve anuncios, hoy todo mundo obtiene su información de otras maneras, en el celular, por ejemplo.

En el camino, y creo que cualquier estudio lo probaría, los spots anodinos, repetitivos, absurdos, solo alimentan este rechazo a los partidos y la política, hartan a los concesionarios y por sus limitaciones, tampoco sirven a sus usuarios. ¿De qué sirvió la spotiza? Pues todo indica que de poco bueno. Un modelo del siglo XX para 2018.