¿Es probable que gane alguien distinto al señalado en las encuestas?

Para el siguiente domingo ¿Es probable que la elección presidencial reporte ganador a un candidato diferente al señalado como puntero en las encuestas? Según el modelo de análisis del diario El País, “López Obrador tiene una ventaja de 22 puntos. Su ventaja se ha reducido ligeramente en la última semana, pero sigue siendo amplia”(https:// elpais.com/internacional/2018/06/26/mexico/1530028476_088201.html). De acuerdo al modelo electoral de El País, “el líder de Morena tiene un 97% de probabilidades de salir elegido presidente. Ricardo Anaya ganaría un 2% de las veces y José Antonio Meade menos del 1%”. Explican su modelo estadístico: “promedia decenas de encuestas y tiene en cuenta la precisión histórica de los sondeos en México y otros países. La metodología es la misma que usamos en Francia, Reino Unido, España o Colombia”.

Pero si la ‘vox populi’ apunta que las encuestas fallaron en Estados Unidos, en España, en Colombia, en Argentina, en el Brexit del Reino Unido, ¿no podrían fallar igualmente en México? El ‘análisis’ publicado en El País señala una condición importante, que hace la diferencia de esta elección, con los anteriores casos. ¡Los errores de 20 puntos no son frecuentes!. Explica, “nuestro modelo cree que el margen de error para López Obrador es de 11 puntos porcentuales” (ojo con el dato). Pero advierte, el puntero en México reporta una ventaja de 22 puntos sobre sus rivales. “Por eso es un favorito claro para ganar el próximo domingo: porque una vuelco tan grande no es imposible, pero sí muy poco común”. Si las encuestas son estudios que miden un instante de la fecha en que se aplica, también es estadísticamente poco probable que la tendencia, con una diferencia de más de 20 puntos, ofrezca posibilidades para revertirse. Pero nada es imposible.

No obstante, muchas encuestas no corresponderán con el resultado final, en cuanto a la diferencia de votos del ganador, respecto de su más inmediato competidor. Dicho de otra forma; habrá muchas encuestas que leídas como estudios de prospectiva, aparentemente habrán fallado. Pero las encuestas no predicen el futuro. Por el contrario, miden el pasado inmediato del momento en que fueron aplicadas, bajo coyunturas que cambian. Seguramente que los porcentajes del próximo domingo nos deparan sorpresas. Pero resulta estadísticamente improbable que se revierta una tendencia, esa sí, marcada por todos los estudios de opinión publicados, que son analizados y promediados en https://oraculus.mx/

Con frecuencia se repite que las encuestas se han equivocado, por ejemplo, en la última elección presidencial de Estados Unidos y la del #Brexit –ambas acontecidas en 2016–. Efectivamente, las encuestas siempre midieron como favorita a Hillary. No obstante, es importante subrayar que las encuestas midieron, también, ‘voto popular’, no ‘voto electoral’. Así que no se equivocaron en eso: Hillary ganó en ‘voto popular’ con 65 millones 844 mil 610 votos, cuando Trump sólo obtuvo 62 millones 979 mil 636 sufragios. Pero el voto popular, no siempre coincide con los votos obtenidos ante el colegio electoral, que determina al presidente de USA.

En cuanto al #Brexit, es oportuno destacar que los seis ‘poll of polls’ [agregadores o ‘promediadores’ de encuestas] de mayor renombre en el Reino Unido, midieron un resultado que daría la victoria a la opción de permanecer en la Unión Europea (UE). Por ejemplo, el agrador de encuestas de The Telegraph advirtió un 51% a favor de quedarse en la UE y un 49% a favor de salir de la UE. Respecto a ello, resulta conveniente recordar que el resultado del #Brexit también fue sumamente ajustado: 51.89% estuvo a favor de abandonar la Unión Europea, mientras que un 48.11% de permanecer en ella. La medición estuvo dentro de los márgenes de error o de estimación que tiene cualquier encuesta bien elaborada. Un error de estimación serio ronda el 3.6 por ciento: el cual, por cierto, fue superior a los puntos porcentuales discrepancia entre las encuestas británicas y el resultado del #Brexit. Las encuestas miden el pasado, no el futuro, y pueden fallar. Pero una tendencia marcada por todas las encuestas, con una ventaja tan amplia, es estadísticamente muy poco probable que se revierta.