Contaminación lumínica
P arte de nuestra experiencia cotidiana se ha adaptado a los avances tecnológicos y a las necesidades de las sociedades que habitan en las grandes urbes, la Vía Láctea, cometas, planetas y los llamados objetos de cielo profundo, como son; las galaxias, cúmulos globulares, nebulosas entre otros, se han convertido en una especie de mito que solo se pueden admirar a través de una pantalla de televisión en un documental, el observarlos desde un sitio realmente oscuro, son parte de nuestra herencia cultural y natural, estas maravillas que nos ofrece la naturaleza las perdemos al usar un alumbrado exterior ineficiente que produce contaminación lumínica y desperdicia recursos energéticos. Es realmente absurdo encontrar por toda la mancha urbana de esta ciudad una gran cantidad de pantallas gigantes contaminando indiscriminadamente y poniendo en riesgo la seguridad de la población en general por los intereses comerciales de unos pocos,
A nivel internacional desde hace algunos años se ha generado un interés muy especial por entender el fenómeno de la iluminación artificial en las grandes ciudades y áreas urbanizadas, México a través de diferentes instituciones y universidades están interesadas en estos temas, hoy es urgente preservar y cuidar el cielo oscuro en paisajes culturales urbanos, parques nacionales y sitios relacionados con las observaciones astronómicas, así como apoyar los objetivos de la UNESCO en su iniciativa de Astronomía y Herencia Mundial. La continua pérdida de cielo oscuro no sólo es un problema para la astronomía, significa un serio asunto que impacta la salud humana, la ecología, la seguridad, la economía y la conservación de energía. Usando sistemas de alumbrado exterior que iluminen solamente los lugares necesarios en los horarios necesarios, es posible ahorrar una gran cantidad de energía lo cual ayudará a conservar los recursos no renovables y proteger el equilibrio ecológico de nuestro planeta. De acuerdo a las Naciones Unidas, al inicio de esta década 3,300 millones de personas, más de la mitad de la población, vivirán en ciudades urbanas. Con el crecimiento de grandes ciudades en África y Asia, el número de personas que las habitarán subirá a 5,000 millones en el año 2030. A medida que las ciudades crecen, también lo hace su impacto sobre el medio ambiente mundial.
Por esta razón, es cada vez más importante dar a conocer las causas de la contaminación lumínica y las acciones para prevenir su impacto. Una herramienta es la implementación de leyes y reglamentos como en el estado de Baja California los cuales son conocidos popularmente como Ley del Cielo. Una iniciativa a nivel local que se ha estado trabajando desde hace ya algunos años, es en el municipio de Atemajac de Brizuela, en la región sur del estado, por el año de 1884 a este poblado se le dio la categoría de municipio con el nombre de Atemajac de la Tablas, posteriormente en 1903 cambia al nombre actual, y esperamos que en un futuro próximo se le conozca, como Atemajac de las estrellas. En un predio denominado La Loma, cercano a Atemajac se tiene la base de los campamentos astronómicos que celebramos en el fin de semana más cercano a la luna nueva de cada mes, por lo que los aficionados a la astronomía esperamos contar con un “Parque oscuro” cercano a la ciudad de Guadalajara para seguir observando las maravillas del cosmos y adentrarnos con los telescopios en un viaje fantástico a través del tiempo y el espacio.