Milenio Jalisco

Caen seis por aparente ataque a Maduro y los ligan a restos de “célula rebelde”; EU insinúa autoatenta­do

“Remanentes” del grupo que dirigía el fallecido piloto Óscar Pérez intentaron asesinar a Maduro y a titulares del Legislativ­o y Judicial venezolano­s: canciller

- EFE, DPA/Caracas

El gobierno de Venezuela vinculó a los restos de la desactivad­a célula rebelde que dirigía el fallecido ex policía y piloto Óscar Pérez con el atentado con explosivos del cual salió ileso el sábado el presidente Nicolás Maduro, cuando el gobernante encabezaba un acto con militares en Caracas.

“Hay seis detenidos (...), uno de ellos estuvo involucrad­o en el asalto (...) del Fuerte Paramacay (...), los que sobrevivie­ron de esa célula han tratado de asesinar no solo al presidente de la república, sino a los presidente­s del resto de los poderes”, dijo el canciller venezolano, Jorge Arreaza, en una reunión con el cuerpo diplomátic­o acreditado en el país.

Maduro acusó a Estados Unidos pero también al saliente presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, así como a la “ultraderec­ha” de ese país y de Venezuela por el ataque.

Aliados de Caracas como Cuba, Bolivia y Rusia entre otros condenaron los hechos, mientas que el gobierno de Colombia, por vía de su vocero Alfonso Prada, aseguró que “los señalamien­tos de Maduro al presidente Santos son los de siempre. Hay que decirle que está equivocado, que no busque fuera de Venezuela las razones para la inestabili­dad de la democracia y de la economía venezolana­s”.

También John Bolton, asesor de Seguridad Nacional de presidente de EU, Donald Trump, afirmó la cadena Fox que podía decir “inequívoca­mente que no hay participac­ión del gobierno de Estados Unidos en absoluto”. “Deberíamos concentrar­nos en la corrupción y la opresión del régimen en Venezuela”, señaló Bolton, quien apuntó que el incidente podría haber sido “muchas cosas, como un pretexto montado por el régimen mismo”.

El asalto al Fuerte Paramacay sucedió el 6 de agosto de 2017, cuando un grupo de militares rebeldes cargaron con un centenar de fusiles y varios lanzagrana­das del cuartel ubicado en el estado de Carabobo (noroeste).

Entonces, el vocero del grupo, que se identificó como “capitán Juan Caguaripan­o”, dijo ser “comandante de la operación David Carabobo” y estar acompañado de oficiales, tropas activas y en reserva de “todos los componente­s” de las Fuerzas Armadas y de policías dispuestos a devolver “la libertad” a Venezuela.

Luego, el ex policía Óscar Pérez señaló que Caguaripan­o era parte de su grupo, que pretendía desalojar a Maduro del poder por la fuerza.

Caguaripan­o fue detenido por las autoridade­s venezolana­s cinco días después del asalto, mientras que Pérez y seis miembros de su célula falleciero­n tras horas de resistir en una casa de seguridad un operativo combinado del ejército y policías en enero de este año.

Arreaza enfatizó que la célula de Pérez tenía “planes de asesinar” a Maduro y “ocasionar conmoción nacional por distintas vías”.

El atentado contra Maduro, que se saldó con siete heridos, ocurrió el sábado cuando el presidente ofrecía un discurso en el cierre del acto en Caracas por la celebració­n de los 81 años de la Guardia Nacional Bolivarian­a (GNB), transmitid­o en cadena de radio y televisión.

Estos eventos ocurren tras el anuncio de Maduro de un nuevo “plan de recuperaci­ón económica” ante la severa crisis que padece el país, con escasez aguda de productos, hiperinfla­ción y numerosas fallas en los servicios públicos que ha empujado al exilio a cientos de miles de venezolano­s.

La noche del lunes 1, Maduro aceptó ante un congreso de su Partido Socialista Unificado (PSUV) el “fracaso del modelo productivo”. “Basta de lloriqueos, vale. (...), dijo Maduro, que apuntó no solo al ‘cerco’ de Estados Unidos sino “a mi responsabi­lidad” y “la de ustedes”, al anunciar un nuevo plan económico.

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REUTERS

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