En Zapopan, hay un espacio para la risa
Cada sábado se reúne un club cuya finalidad es ser feliz y tener una mejor calidad de vida
Desde hace cinco años, en un punto de Zapopan un grupo de personas se reúne para reír, dedican una hora entera de cada uno de sus sábados para “reír por nada” y llenarse de alegría, algo que, afirman, ha mejorado su salud y su vida.
Graciela Navarro es risoterapeuta y líder yoga de la risa, y en 2014 decidió comenzar a armar en el área metropolitana el Club de la Risa, inspirada en el mismo movimiento mundial iniciado en 1995 en la India.
“El fin de esto es que se beneficie la mayor parte de las personas, sacando la mejor parte de uno. Y el último fin es contribuir a la paz”, cuenta.
Así, a través de sesiones semanales, quienes llegan al club se empapan de carcajadas que, casi sin darse cuenta, han cambiado su vida. Así lo explica la propia Graciela, quien señala que desde que empezó a reír por voluntad, ha quitado mucho drama de su vida: “es un despertar de conciencia, el darme cuenta que soy muy bendecida y que hay otros que no tanto, entonces es compartir esta alegría”.
De los cinco años que cumple el club, María Guadalupe ha pertenecido por cuatro a éste, y el beneficio mayor que la risa le ha traído a su vida es la tranquilidad, además de un conocimiento profundo de sí misma y un desarrollo humano, que a la vez le ha llevado a compartir con otras personas y aceptarlas tal cual son.
En el caso de Susana, quien desde hace un año asiste a reírse, la relación consigo misma y su familia ha mejorado. Además, se enferma menos; “yo creo que para la salud no hay nada mejor que la sonrisa, es la mejor medicina”, afirma.
El Club de la Risa se reúne todos los sábados a las 11:00 horas en el Parque Hundido de Juan Palomar y Arias y Novelistas, y está abierto a todo aquel que quiera integrarse, con cooperación voluntaria.
La dinámica dura una hora. Graciela explica que comienza con respiraciones, estiramientos y ejercicios de risa, “empezamos a reír por voluntad, sin ningún motivo, y luego se suelta ya nuestra alegría y empieza a sacar lo más bonito de nosotros”, después vienen juegos, cantos y otras actividades que provoquen felicidad, pues “como el mal humor se contagia, también el buen humor”.