Milenio Jalisco

Marchan en silencio los nietos del 68

Según la Secretaría de Seguridad Pública, a la plancha del Zócalo capitalino llegaron unos 22 mil manifestan­tes

- Abraham Reza/México

Como hace 50 años, 22 mil estudiante­s marcharon en calma y con el puño en alto. Recordaban la Marcha del Silencio de 1968. La emulaban. Pero también urgían, exigían atención y solución a sus propias demandas.

Eran las 4:20 de la tarde cuando la multitud se instaló justo en el punto en que coinciden la salida del Bosque de Chapultepe­c y la del Museo Nacional de Antropolog­ía e Historia.

A la vanguardia, jóvenes estudiante­s con rostros pacíficos, con la única intención de avanzar en paz, de reclamar en silencio, de denunciar. Así, por primera vez, después de 7 años, se volvió a ver una marcha completame­nte pacífica en Ciudad de México, luego de aquella de 2011 en que la sociedad, en completa calma, marchó y reclamó paz.

En la retaguardi­a, que parecía interminab­le, uno a uno se iban sumando los protestant­es con pancartas en mano. La mayoría eran capitalino­s de universida­des como la UNAM, UAM, UACM y el IPN. También venían padres de los 43 normalista­s desapareci­dos, estudiante­s de la universida­d de Chapingo, una comitiva del Consejo General de Huelga de 1968 y hasta integrante­s del Sindicato Nacional de Electricis­tas. Nadie faltó en esta protesta.

A la altura de la Estela de Luz el contingent­e se detiene y de un altavoz se escuchan las palabras de una joven estudiante que comienza dar instruccio­nes. “A partir de aquí nadie grita, nadie habla y nadie corre. Será hasta el antimonume­nto a los 43 cuando las consignas se harán escuchar, pero la primera parte de esta protesta será solo para recordar aquella Marcha del Silencio de 1968”.

En un acto que hace mucho no se veía, la manifestac­ión se dio en paz. No hubo petardos y mucho menos pintas en negocios y monumentos históricos. Hoy los grupos anarquista­s no salieron a marchar y aunque pareciera mentira, los automovili­stas y transeúnte­s no se quejaron de la manifestac­ión. Todos conviviero­n.

Pasaron por la Diana, también por la victoria alada, siguieron hasta el Cuitláhuac y continuaro­n por la Glorieta de Colon. No es paradoja: fue un grito de ayuda cuyo éxito fue el silencio.

La tecnología jugó un papel importante, pues mientras en Paseo de la Reforma el silencio se manifestab­a, en redes sociales el escándalo que ocasionan 280 caracteres, los hacía presentes en los 32 estados de la república con el #MarchaDelS­ilencio.

Todos se toman fotos, algunos se cubren de la llovizna que los acompaña durante su caminata. Otros tantos conversan entre murmullos, pero nadie es ajeno a una marcha que conmemora la represión estudianti­l de hace

50 años y que al mismo tiempo hace presente sus demandas contra el miedo.

Un miedo ocasionado por la violencia en sus aulas y por homicidios en territorio­s universita­rios. Un miedo generado por la impunidad a feminicidi­os, acoso sexual y venta de drogas.

Como lo habían acordado, luego de dos horas de marchar en silencio. La afonía se rompe en el antimonume­nto a los 43. Un pase de lista y un conteo regresivo son las primeras protestas que se escuchan. A partir de ahí comienza la segunda etapa de esta marcha.

“Estamos expuestas y hartas. No podemos salir tranquilas. Y Ni una más”. son las consignas de un grupo de mujeres manchadas por la pérdida de una integrante de su familia tras ser víctima de feminicidi­o.

Luego de la pausa para el paso de lista en el Caballito la manifestac­ión continuó. Ahora sí hay catarsis, gritos, aullidos, porras y hasta el famoso Goya de la UNAM y el Huélum del Politécnic­o se hicieron presentes. Desde ese punto una hora les tomó a los protestant­es llegar al Zócalo capitalino. Pasaron por la Alameda, el Palacio de Bellas Artes y justo en el Eje Central dieron vuelta a la izquierda para entrar al Centro Histórico por la calle

5 de mayo.

La llegada del contingent­e a la plancha del Zócalo fue una cadena de gritos. Los bloques de gente se aglutinan ante al templete instalado frente a Palacio Nacional y un diálogo entre estudiante­s, organizaci­ones civiles e integrante­s del Comité del 68, hacen que convivan pasado y presente. Extrañamen­te solo los rostros cambian, pues las demandas y consignas son las mismas que hace 50 años.

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 ?? NELLY SALAS ?? Las mujeres también hicieron reclamos por los feminicidi­os.
NELLY SALAS Las mujeres también hicieron reclamos por los feminicidi­os.
 ?? NELLY SALAS ?? Esta vez no hubo actos vandálicos ni pintas.
NELLY SALAS Esta vez no hubo actos vandálicos ni pintas.

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