Milenio Jalisco

Perdón y olvido, Francisco y Andrés

Van entre las aberracion­es temporales y las desviacion­es reversible­s. Florestán

- JOAQUÍN LÓPEZ-DÓRIGA lopezdorig­a@milenio.com Twitter: @lopezdorig­a Web: lopezdorig­a.com

El papa Francisco y el presidente electo Andrés Manuel López Obrador enfrentan un dilema: el perdón y castigo, dice el primero, para los malos curas que por décadas abusaron de menores, y el perdón, pero no olvido para las víctimas de la violencia y familiares de los miles de desapareci­dos en México, plantea el segundo.

El pontificad­o de Bergoglio ha sido marcado por el escándalo de la pederastia eclesiásti­ca que aflora en el mundo, marcadamen­te en Estados Unidos y en Irlanda, epicentro de esta desviación.

Su viaje a Chile quedó marcado por su distancia con las víctimas de esos criminales, que luego quiso corregir con una declaració­n y más tarde recibiendo a las víctimas.

En la víspera de su visita a Irlanda, estalló el caso Pensilvani­a: mil niños abusados por 300 sacerdotes a lo largo de 70 años.

Ya en Dublín, nadie salió a recibirlo. En el recorrido del aeropuerto a la nunciatura solo pudo saludar a dos personas desde el papamóvil. Estando allí, el ex nuncio en Washington, el arzobispo Carlo María Viganó, lo acusó de encubrir abusos sexuales del ex cardenal Theodoro McCarrick, y pidió su renuncia. Días después la fiscal general de Nueva York citó a las ocho diócesis del estado en una investigac­ión de abusos sexuales, y el mismo Francisco acaba de convocar a los presidente­s de las conferenci­as episcopale­s del mundo para revisar este tema del 21 al 24 de febrero próximos.

El caso de López Obrador se parece en el origen, también hereda la crisis de desapareci­dos y asesinados por años, y pasa por su propuesta de perdón y olvido, lo que familiares rechazaron exigiendo justicia y castigo para los responsabl­es.

El papa había hablado de perdón, que las víctimas rechazan, como aquí los deudos de muertos y familiares de desapareci­dos, lo que le hicieron saber en el primer foro para la paz, en Ciudad Juárez, el pasado 8 de agosto. Al final, uno y otro, Francisco y Andrés Manuel, tendrán que aceptar que el perdón es tan imposible como el olvido, cuando la métrica debería ser justicia y castigo para los criminales, ya curas pederastas, ya homicidas.

Además, a diferencia de las víctimas de abuso sexual que conocen a sus agresores, aquí, ¿a quién perdonaría­n los familiares de los desapareci­dos y asesinados si no conocen a los autores…?

RETALES

1. TUPPER. ¿Cuántos millones de mexicanos llevan su comida al trabajo y no dicen nada o salen a un puesto callejero a echarse un taco o una torta? Lo digo porque hay neolegisla­dores que enseñan sus tuppers como expresión de austeridad;

2. ESTUDIOS. Sin tener un proyecto ejecutivo, que lleva meses o años y millones de pesos, se plantea la consulta popular del nuevo aeropuerto sin conocer su costo real; y

3. ERRATA. Ayer por un error apunté aquí que el rector Javier Barros Sierra había encabezado la Marcha del Silencio del 13 de septiembre de

1968, ayer se cumplieron 50 años. La marcha a la que asistió Barros Sierra fue la del 1 de agosto de Rectoría a Félix Cuevas. Gracias Gerardo Estrada.

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