Como México no hay dos
Ah, la vanidad. Esa vanidad mal entendida, la que sin elementos racionales aviva nuestras pasiones, particularmente durante septiembre, denominado por quién sabe quién “mes de la patria. Éste, a diferencia de los otros once del año, nuestro lábaro patrio ondea en todos los rincones del territorio nacional. Desde aquellos años de mi lejana infancia he escuchado la frase:
Con ello asumimos equivocadamente que somos
La verdad es que esa frase bien puede aplicarse a cualquiera otro país: Y así sucesivamente, porque cada país tiene características propias que denotan su identidad. no hay dos países iguales en el mundo. En la idiosincrasia nacional el patriotismo está mal entendido, nuestra ignorancia supina nos impide reconocer características positivas de otros países. Somos ultranacionalistas. Suponemos que ese es el camino para ser mejores mexicanos, mexicanos recalcitrantes. Nos falta capacidad para identificar nuestras fallas, nuestras limitaciones, nuestras flaquezas nuestra bajísima cultura comunitaria…
Tenemos un enorme déficit en cuanto a cultura comunitaria. Ésta debiera ser nuestra guía de comportamiento urbano. Cotidianamente somos testigos o nos llega información de situaciones que nos hacen ver mal como país; no porque todos los mexicanos actuemos indebidamente, pero por unos cuantos pagamos todos. Hay casos en los que “paisanos nuestros”, han protagonizado bochornosos actos en diferentes eventos mundiales que han puesto a México en vergüenza. No se olvida aquel sonado escándalo de un cavernícola mexicano, quien en 1998, durante el mundial de Francia, sin el menor recato orinó y apagó la llama perpetua en el Arco del Triunfo de París.
Más recientemente, en el mundial de Rusia, unos mexicanos hicieron gala de su bajísima conciencia cívica, quemaron la bandera alemana para “festejar” que “nuestra selección nacional” le ganó a la selección de aquel país. Será que ¿como México no hay dos?
Colofón
Los mexicanos, todos, tenemos un compromiso con nuestro país. Debemos superarnos para posicionarlo en el lugar que le corresponde en el mundo. Heredemos a las futuras generaciones una nación libre de, violencia e inseguridad, solo así se justificará con verdadero orgullo de casta la pretenciosa frase…