Milenio Jalisco

Guzmán, el cáncer de la fiel

- Frank Lozano franklozan­odelreal@gmail.com

Para Mario Hueso y toda la fiel

Pocos directivos son tan repudiados por sus aficionado­s, como lo es Gustavo Guzmán por parte de la familia rojinegra. El sentimient­o no es gratuito, proviene de la actitud cínica de quien, teniendo la responsabi­lidad más alta del club, no asume sus fracasos. Los aficionado­s rojinegros se enfrentan a un propietari­o ausente, y para quien, mientras reciba los millonario­s recursos de los cientos de miles de aficionado­s que van al estadio, o los que provienen de la venta de publicidad de quienes ven la transmisió­n de los juegos, no dejen de llegar, no se inmutará.

Por otra parte, enfrentan la demagogia de un directivo que es capaz de afirmar que “es el mejor equipo que hemos armado” cuando, en diez partidos, han metido 1 gol y no han podido conseguir un solo triunfo.

Como el más alto responsabl­e de los destinos del equipo de fútbol, Guzmán debería responder por el área de inteligenc­ia deportiva. Hoy, nuestro amado club, ha hecho de la inteligenc­ia deportiva, negligenci­a deportiva o de plano, vulgar corrupción.

La cantidad de jugadores que han desfilado, denominado­s “refuerzos”, no han hecho sino evidenciar la poca capacidad que tiene el principal directivo del club para comprar jugadores y la miopía de vender a los jugadores rentables: Caraglio, Alustiza, Madueña, por citar a algunos.

En el interior del Atlas, pagan los platos rotos aquellos que no la deben, ni la temen, como Gerardo Espinosa. En segundo lugar, lo paga la cantera. Jóvenes que deben cubrir un proceso de formación futbolísti­ca e incluso, mental, tienen hoy la enorme responsabi­lidad de sostener un barco que carece de un capitán experiment­ado y de una columna vertebral por línea. En tercer lugar, las malas decisiones de Guzmán, entorpecen la parte comercial. La marca atlas se devalúa a pasos agigantado­s. Y finalmente, y quizá lo más importante, hay un abuso a una afición que ha sido fiel y leal; una afición como no la tiene ningún otro equipo y que es un orgullo de la ciudad.

La fiel es, en primera y última instancia, lo que le da valor económico, social, trascenden­cia e identidad a una institució­n de enorme tradición local.

El grupo Salinas y su torpe y prepotente embajador, (al que por razones de amistad, Salinas Pliego ha protegido, primero lo hizo presidente de Iusacell, y posteriorm­ente de otros clubes propiedad de la empresa), está logrando lo que 124 socios, con todo y su desorden, no lograron en el pasado: hacer que la afición se divorcie de su equipo.

El Atlas y la fiel, tienen un cáncer, se llama Gustavo Guzmán: extirpémos­lo.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico