Problemas de vestidor
El director técnico no ha podido arreglar los problemas de vestidor en ninguno de los dos tiempos. La polarización, la rivalidad, los celos y el amiguismo y, ahora, hasta la traición –dicen- serían los principales problemas que ha enfrentado este equipo que pintaba promisorio, pero que se dejó envolver en vanidades e intereses particulares.
Veamos la alineación inicial. Primero, los que empezaron y ya no están.
En la Secretaría general de Gobierno comenzó el ex candidato a la gubernatura Arturo Zamora; como fiscal general el ex secretario de Seguridad Pública Luis Carlos Nájera. En Secretaría de Planeación, Administración y Finanzas, el universitario Ricardo Villanueva Lomelí; en Infraestructura y Obra Pública el constructor Roberto Dávalos.
En Movilidad un allegado al DT, Mauricio Gudiño Coronado; en Salud el también León Negro Jaime Agustín González; en Desarrollo e Integración Social, otro cercano, Salvador Rizo Castelo.
En Turismo, el constructor José de Jesús Gallegos Álvarez -quien fue asesinado a una semana de haber asumido el cargo-. En Trabajo el ex regidor Eduardo Almaguer; en la Contraloría Juan José Bañuelos Guardado (QEPD); como procuradora social, Felícitas Velázquez.
Como fugaz coordinador de asesores el ex alcalde zapopano, Héctor Vielma Ordoñez y en la poderosa Coordinación de Dependencias Auxiliares, Alberto Lamas Flores.
Ahora, la minoría que sigue aún en su posición: en la Secretaría de Innovación Ciencia y Tecnología, Jaime Reyes Robles; en Desarrollo Económico, José Palacios Jiménez. En Desarrollo Rural, Héctor Padilla. También sigue de Secretaria de Medio Ambiente, Magdalena Ruiz Mejía, y en Cultura, Myriam Vachez Plagnol.
En Educación se fue y volvió Francisco Ayón López -el personaje más cercano al DT- y en Comunicación Social permanece Gonzalo Sánchez.
Es decir, de 20 posiciones de primer nivel, 13 han cambiado de titular y en algunos casos lo han hecho más de dos veces (como Trabajo y Fiscalía).
Diría que los cambios por sí mismos no son malos en un equipo con aspiraciones de mejorar (como ocurre en los equipos de futbol), o de extender su área de influencia (como suelen buscarlo los equipos políticos). El problema es cuando son forzados, por fricciones en su interior, por condiciones externas no previstas o por falta de una cabeza que los organice y aplaque cuando se debe.
Desde los primeros minutos del primer tiempo saltó a la vista una fuerte pugna entre dos grupos dentro de ese primer equipo: los que estaban con Lamas-Ayón o con Zamora; muy pocos lograron abstraerse de esa pugna que ganó –en primera instancia- la primera de las facciones, sin embargo, ésta se engolosinó al grado de querer acaparar con los suyos todas las candidaturas para las elecciones intermedias del 2015 sin considerar el crecimiento del adversario político que seguía trabajando, Enrique Alfaro y Movimiento Ciudadano.
Los resultados de los comicios del 7 de junio de 2015 fueron la debacle local para el PRI que obligaba a recomponer la estrategia política del equipo estatal para el segundo tiempo, pero... eso lo comentaremos en la siguiente entrega.