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→ México 1968 fueron los Juegos de las primeras cosas, los primeros celebrados en América Latina, los primeros con controles de dopaje, además de que por primera vez hubo una Olimpiada cultural y se usaron pictogramas para identificar los deportes → Celebrados a 2 mil 240 metros sobre el mar, los Juegos fueron duros para los deportistas de resistencia y de combate, esperó la medición de los jueces.
Durante varios segundos el mundo pareció paralizarse en el Estadio. Nervioso, el atleta trotó en espera del resultado y al conocer que había impuesto récord mundial de 8.90 metros, experimentó una catarsis por la dimensión de la hazaña, bautizada como “el salto del siglo”. El récord duró hasta el 30 de agosto de 1991 cuando su compatriota Mike Powell lo mejoró en Tokio.
El atletismo fue uno de los deportes en los que más hazañas hubo. El estadunidense Dick Fosbury ganó el salto de altura con un nuevo estilo basado en asaltar la varilla de espaldas, su compatriota Jim Hines implantó récord mundial de los 100 metros planos con 9.95 segundos y Tommie Smith quebró la plusmarca de 200 metros, con 19.83. En la premiación, él y su amigo John Carlos, medallista de bronce, levantaron el puño envuelto en un guante negro como forma pero la altitud favoreció en los concursos de velocidad y saltos, lo cual aprovechó más que nadie el estadunidense Bob Beamon → El atletismo fue uno de los deportes en los que más hazañas hubo. El estadunidense Dick Fosbury ganó el salto de altura con un nuevo estilo, su compatriota Jim Hines fue el primero en bajar de los 10 segundos en el hectómetro y Tommie Smith quebró la plusmarca de 200 metros de reclamo de los derechos de los negros y fueron expulsados de la villa olímpica, lo cual hizo crecer la aureola de héroes que desde entonces los rodeó.
En hombres también ganaron oro con registros mundiales Lee Evans (USA), con 43.86 segundos en 400 metros planos; Ralph Doubell (AUS), con 1:44:40 en
800; Víctor Saneev (URSS), con
17.39 en triple salto y los relevos estadunidenses, con 38.24 en el corto, y 2:56:16, en el largo.
No fueron menos las mujeres. La estadunidense Wyomia Tyus hizo récord del mundo en 100 metros, 11.08; la polaca Irena Szewinska, en 200 con 22:58; la rumana Viorica Viscopoleanu, en salto de longitud con 6.62 metros; la alemana Margitta Gummel, en impulsión de la bala con 19.61 y el relevo corto, con 42.88.
La gimnasta checa Vera Caslavka, ganadora de cuatro oros y dos platas se convirtió en la “reina de los Juegos”, mientras la natación tuvo como figuras a la estadunidense Debbie Mayer, oro en 200, 400 y 800 metros estilo libre, mientras en hombres reinaron el australiano Michael Wenden, oro en 100 y 200 libre; el estadunidense Michael Burton, campeón en 400 y mil 500 libres y el alemán Roland Matthes, rey en 100 y 200 espalda. Sin embargo la gran explosión la provocó el mexicano de 17 años Felipe Muñoz.
El martes 22 de octubre, contra todos los pronósticos, Muñoz ganó la final olímpica de 200 estilo pecho con 2:28.7 minutos, seguido del ruso Vladimir Kosinsky con
2:29.2 y el estadunidense Brian Job, con 2:29.9.
“Tengo todo en la mente como si hubiera ocurrido ayer. El ruso se fue delante como estaba previsto, yo debía alcanzarlo al llegar a los 150 metros pero no se dejó, entonces me repetí lo del lobo y la liebre y solté mi último aliento al tocar la pared. Estaba desesperado, me volteé y ahí sucedió lo más grande; en el marcador estaba mi nombre y era campeón olímpico”, dijo el campeón.
Otra proeza la logró la niña de
14 años María Teresa Ramírez, tercer lugar en los 800 metros estilo libre. Superó por una centésima de segundo a la australiana Karen Moras y con 9:38.5 minutos se colocó en el podio.
México ganó oro en boxeo con el peso mosca Ricardo Delgado y el pluma Antonio Roldán y así aseguró el decimoquinto lugar por naciones para liderar a los países latinoamericanos delante de Venezuela, trigésimo lugar con un oro, Cuba, trigésimo primero con cuatro preseas de plata, Brasil, trigésimo quinto con una plata y dos bronces, y Argentina, cuadragésimo primero con dos bronces.
La mexicana Pilar Roldán, ganadora de plata en esgrima, cree que el plus de los Juegos fue el de la calidez de los mexicanos que nunca vio en competencias fuera de su país aun cuando la trataron bien en numerosas competiciones alrededor del mundo. “Cuando disputé la final la gente explotó pero yo estaba concentrada, aislada en mi mundo, y ya no escuché nada”, revela al referirse a sus años luminosos, los cuales recuerda ahora que es una saludable abuela de 78 años residente en el balneario de Cancún.
Cuando disputé la final la gente explotó pero yo estaba concentrada”
Pilar Roldán CAMPEONA OLÍMPICA
Tengo todo en la mente como si hubiera ocurrido ayer”
Felipe Muñoz CAMPEÓN OLÍMPICO