Refundar Jalisco
Se aproxima la fecha para el cambio de gobierno de Jalisco. Se producirá una nueva discontinuidad partidaria. También en esta ocasión, tal y como sucedió seis años antes, el electorado jalisciense prefirió un partido diferente al gobernante. La campaña de quienes serán el nuevo gobierno tuvo como marca la refundación de Jalisco.
Sin tomar en cuenta el significado literal del término, no poco criticado entre diversos sectores, vale considerar el significado de renovación contenido en la expresión. Renovar da idea de dos movimientos. Por una parte, modificar para bien lo viejo, lo que ya no responde al propósito para el cual fue establecido. Por otra, crear las nuevas instituciones o dinámicas sociopolíticas y económicas para atender la exigencia y necesidad de nuevas respuestas y acciones de gobierno. De ahí la importancia, primero, de la lista de “lo viejo” y la lista de “lo nuevo” que se proponga refundar el gobierno; y, segundo, de la ruta diseñada o por diseñar para llevar a la práctica los propósitos; y, en fin, de los hombres y mujeres invitados a encargarse de gestionar los cambios y las novedades.
Si damos crédito a los fenómenos más evidentes en los últimos, digamos 24 meses, la seguridad es la exigencia más fuerte de una gran parte de la sociedad. Quizá es el aspecto más importante por refundar. Involucra a la justicia, una de las columnas del gobierno democrático. Involucra a todos los poderes y a un buen número de las instituciones gubernamentales: Policías, fiscalías, la judicatura, empleo, inversión, salud, educación y otras, pues la inseguridad está en el centro de la “economía de la violencia”. Es decir, ese modo de vida –en alguna medida dependiente del grado de violencia social y simbólica– al cual numerosos grupos de la población se han tenido que plegar para sobrevivir y resolver sus necesidades básicas y de crecimiento.
Eliminar o reducir la economía de la violencia pide refundar la relación constitucional entre los órdenes de gobierno hoy regida por la federación. También organizarse para atender las situaciones inéditas ante las cuales el gobierno se ve sorprendido y sin tino. Por ejemplo, las demandas de justicia de quien ha sufrido la desaparición de familiares. Ante tales demandas el gobierno –y la sociedad– requiere una verdadera refundación de la administración de justicia. Refundar.