Amparitos por aquí, amparitos por allá
Si yo fuera mi licenciado Peña, que no lo soy porque me falta su guapura natural y cultivar una casa blanca en julio, como en enero para el amigo de Higa sincero que me dio su mano franca, haría lo mismo que él: blindarme jurídicamente a fuerza de controversias constitucionales y amparos por doquier, no vaya a ser la de malas que una vez terminada la presente administración me lo quieran agarrar los sheriffes al estilo chihuahuense. Ya ven cómo son el góber Corral y su gente de resentidos sobre todo después de que les arrebataran a don Alejandro Gutiérrez, el secre general del PRImitivo tricolor y experto en desviar recursos estatales para campañas electorales, y conseguir que emprendiera la graciosa huida, no sin antes compararlo por su estancia en el tambo con Nelson Mandela.
Esto suena lógico; lo que es extraño es que don Enrique no se haya amparado ante cualquier intento de venadearlo a él o a sus buenos muchachos por parte de la nueva administración. No debería de confiarse de que El Peje lo ande cuidando como cuidó a Calderón. O a Chayito Robles, esa noble mujer que tiene la mala suerte de que a cualquier institución, partido o dependencia que atinadamente administra, se le esfuman miles de millones de pesos fantasmagóricamente.
Esta nueva princesa del Palacio de Hierro debe estar muy contenta de que sus fieles escuderos la protejan de los linchadores con un tesón y un ahínco que ya quisiéramos ver en Del Mazo Maza en el combate a los mostros y mostras feminicidas que han convertido al eruveliano Ecatepunk en un paraíso del terror, según el Inegi. Hasta el momento no ha dicho ni pío.
Y bueno, aunque nunca le dijo “No te preocupes, Ruiz Esparza”, desde lo del socavón que hizo célebre al próximo ex secretario de Comunicaciones y Derroches, el Lic EPN también lo ha mantenido bajo su suave manto, como hubiéramos querido que la PGR protegiera el debido proceso que siempre se le chispotea. Por eso y por muchas cosas más me da confianza que este funcionario de primer mundo que ya le dio carpetazo al sobrevalorado caso del Paso Express de Cuernavaca (digo, murieron solo dos personas), haya estado al frente del nuevo aigriopuerto. Seguro que con el Gerry podemos estar tranquilos, que el NAIM no se desgaja ni se hunde aunque sea el Exxon Valdez aeroportuario.
No, de veras, qué bueno que se están amparando hasta los dientes, no vaya a ser que los alcance la cuarta transformación y terminen picando piedra a las orillas del Tren Maya.
Sería muy bochornoso. m