Partido Jelipista de los Shots de Tequila
En medio de este berenjenal lo mejor que hubiéramos podido escuchar es que uno de los más altos espíritus que la política mexicana haya podido tener, el más enorme prócer que la patria haya podido tener, don Jelipillo Calderón y Somellera, nos anuncie que ante la imagen de su partido, el PAN, hecho pedazos (algo a lo que por supuesto nunca jamás de los jamases contribuyó), él se propone junto a su carismática compañera –lo cual quedó demostrado con los grandes logros de su campaña presidencial–, Margarita Zavala, levantar un nuevo proyecto partidista que lleve en su interior los magníficos ideales que los caracterizan y que sin duda pueden ser contenidos en el admirable símbolo de La Estafa de Luz.
Sin duda este nuevo instituto político será una gran aportación en este momento en que el país requiere urgentemente contrapesos ante la aplanadora de Morena. Sobre todo ahora que estos canallas quieren legalizar la mariguana que va contra el apostolado del prohibicionismo calderónico (**se persigna), con el ánimo de llevar a la sacrosanta sociedad mexicana al abismo del vicio y la perdición.
Ojalá no se tarden los hermanos Jelipillo, Zavala & friends porque nos hace falta su open mind que los caracteriza pero, sobre todo, su defensa a ultranza del capitalismo que será salvaje o no será.
Por ejemplo, me los imagino luchando por la justicia e impidiendo que los morenistas acaben con las comisiones bancarias que tanto bien le hacen a nuestra economía aunque te cobren hasta por el aire que respiras en los cajeros. Digo, ni modo que a la gente le moleste pagar una lana nada más por ver si les depositaron su escaso peculio o por sacar unos tristes pesos de sus melifluas cuentas.
O sea, no puede ser que haya quien no acepte el costo del manejo de cuentas, plásticos, préstamos y demás servicios, aunque a primera vista parezcan sacados del manual del agiotista con ideas premodernas de película de Pedro Infante.
Estoy seguro de que el Partido Jelipista de los Shots de Tequila casi ni será aburrido y sin gracia.
El nuevo instituto político será un contrapeso ante la aplanadora de Morena