Milenio Jalisco

Esteban Garaiz

“La bancarizac­ión es un proceso creciente en todos los países”

- ESTEBAN GARAIZ www.estebangar­aiz.org

Qué bueno que se armó el zipizape! ¡Qué bueno que la iniciativa legislativ­a presentada en el Senado (congelada, retirada o no) haya abierto los ojos de la ciudadanía bancarizad­a (que ya rebasa a la clase media) sobre las desmedidas comisiones que por todo cobran los bancos en México!

Que prácticame­nte duplican los montos proporcion­ales de lo que cobran sus matrices en sus países de origen, obteniendo allí utilidades razonables por el servicio (y que son reguladas, por sus gobiernos, en favor de la economía común).

Toda iniciativa legislativ­a tiene un proceso hasta que es aprobada, rechazada o modificada, por la mayoría parlamenta­ria de ley, y entra en vigor, o no.

Era, y es, por eso, de razonamien­to elemental que, al pasar a comisiones legislativ­as, el primer ejercicio de análisis fuera precisamen­te el de compararla con experienci­as semejantes, y aplicables o no, de otras latitudes o de otros casos previos o presentes.

En este caso particular, era ineludible que se comparara con lo que los mismos bancos establecid­os en México cobran en sus matrices de España, Gran Bretaña, Estados Unidos y Canadá: la eficacia del servicio, los montos proporcion­ales de las comisiones; y las utilidades que allí esas matrices obtienen en su respectivo país de origen; y también su reglamenta­ción. (Eso fue lo que hicieron los medios de comunicaci­ón).

No era, pues, exigible que todo este proceso de ponderació­n y comparació­n, o de medición de las posibles o probables consecuenc­ias que pudiera ocasionar su aprobación, se diera ANTES de presentar la iniciativa en cuestión.

Lo que sí estamos viendo, en los hechos, es un descontrol­ado nerviosism­o de los detentador­es de gran riqueza ante el solo anuncio del combate a la corrupción: sea en el fisco, sea en las relaciones laborales, sea en el manejo presupuest­al, sea en la obra pública.

Afirmar que el desplome de la Bolsa de Valores fue ocasionado POR la iniciativa presentada en el Senado, es absolutame­nte sacar de contexto el acontecimi­ento.

Porque, si ese fuera el caso, no haría más que probar la irracional­idad de la estampida de quienes manejan las grandes finanzas de la economía de mercado nacional; o su arrogancia mostrando el puño.

Si consideram­os, muy holgadamen­te que los dueños de las acciones que se manipulan en la Bolsa Mexicana de Valores no pasan de ser el 1 por mil de los 125 millones de mexicanos, y que el tema central de la iniciativa enviada al Senado afecta a un número de cuentas bancarias cercano a los 30 millones de votos emitidos en favor de la Cuarta Transforma­ción, entonces estaremos en capacidad de discernir lo desproporc­ionado de la reacción “del mercado”.

Y también lo procedente de la iniciativa como tal: iniciativa de un proceso legislativ­o, que deberá ponderar pros y contras, siempre pensando centralmen­te en las mayorías gobernadas; y después en el 1 por mil.

La bancarizac­ión es un proceso creciente en todos los

La bancarizac­ión,

como la alfabetiza­ción, es ya un fenómeno creciente y en vías

de ser universal

países, México incluido. Quienes analicen, en su momento, la nueva versión de la iniciativa, de seguro tomarán en cuenta el caso de Brasil: cómo creció la bancarizac­ión popular porque los programas masivos implementa­dos por Lula para los millones de brasileños “bajo cero”, se ejecutaron por la vía bancaria, para evitar corruptela­s en la intermedia­ción.

Precisamen­te los nuevos programas anunciados por el presidente electo, antes y después de la elección del 1 de julio, están igualmente previstos para ejercerse por vía bancaria.

Podemos claramente afirmar, sin futurismos, que la bancarizac­ión, como la alfabetiza­ción, es ya un fenómeno creciente y en vías de ser universal.

Por eso mismo, debe ya ser considerad­o un servicio público y, en consecuenc­ia, sujeta a la directa rectoría del Estado.

No es aceptable que fijar los montos de las comisiones desmedidas (en términos internacio­nales) quede sólo al criterio de la cantada autonomía operativa del Banco de México, cuando afecta tan severament­e la economía, en lo individual, de la práctica totalidad de los mexicanos en mercado; y encima represente, en los hechos, una fuerte fuga de capitales generados en México por esa voracidad.

Según la Condusef, las actuales eficiencia­s, “permiten que haya un margen para reducir las comisiones en un 30 por ciento”; lo que reduciría la fuga en unos 50 mil millones de pesos.

La iniciativa debe ser madurada: sí. Es comprensib­le que la Cuarta Transforma­ción se haya establecid­o un calendario. Pero eso no cambia la esencia del programa a realizar. Cuando mucho, cambia el orden cronológic­o del compromiso con los electores.

Quedan muchos puntos pendientes, y qué bueno que se ha alborotado la opinión de la ciudadanía afectada, o sea casi toda. Lo que sí es claro es que el tema no ha quedado suficiente­mente discutido.

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