Corrupción: AMLO no está equivocado
En principio parece una locura; incluso una aberración. Pero tal vez no sea tan descabellada la decisión de Andrés Manuel López Obrador de no perseguir la corrupción de los funcionarios público del actual gobierno federal.
Ayer el presidente electo fue claro y contundente al afirmar ante reporteros que no perseguirá la corrupción de los funcionarios peñanietistas o de los gobiernos estatales; que aplicará una especie de amnistía con ellos y será, eso sí, implacable con cualquier funcionarios que cometa actos de corrupción en los próximos seis años.
Lo primero es pensar que cómo es posible dejar pasar actos de corrupción, y se imagina uno a López Obrador compartiendo una mesa en restaurantes con Rosario Robles, de Sedesol; o Gerardo Ruiz esparza, de la SCT. Pero no. Pensándolo con calma, la estrategia de AMLO puede ser correcta por una par de buenas razones: ¿Por dónde empezar en tantos casos de presunta corrupción gubernamental? ¿Hasta dónde y con quién terminar?
Ahí está el detalle: hay tanta corrupción en nuestro país, y tantos nombres involucrados, que si AMLO y su gobierno se ponen a perseguir a todos, no le alcanzará el sexenio para castigar a los presuntos culpables. Además, si un caso
No ganarían nada AMLO y su gobierno al emprender una lucha que podría ser quijotesca
Tres del Tren Eléctrico Urbano de La Metrópoli de Guadalajara. Con cinco preguntas dirigidas al presidente Peña Nieto, Alfaro destrozó lo que en su campaña el presidente presumió como una de las cinco obras más importantes de su sexenio.
Es muy delicado que por situaciones de negligencia, de impericia, o incluso corrupción, se hayan instalado piezas que no funcionan, y que se tendrán que cambiar generando mayores gastos y dilataciones. Pero más grave aún y hasta criminal, es que se haya guardado silencio al grado de poner en riesgo a futuros usuarios si no hubiesen salido a la luz estas fallas.
Estetemanodebequedarenunreclamo, se tiene que llegar al fondo. Tenemos que saber también por qué la obra ha requerido mayores recursos de los presupuestados, a dónde fueron a parar los millones de pesos faltantes y porqué ha demorado tanto tiempo la construcción, cuando el referente más claro es que en tres años del gobierno de Guillermo Cosío Vidaurri siendo presidente Carlos le resultara fallido (y de ellos la PGR tiene decenas de expedientes que terminaron en la basura por estar mal armados), la opinión pública acusaría a los morenistas de pactar con unos y pretender castigar a otros. No ganarían nada AMLO y su gobierno al emprender una lucha que podría ser quijotesca ante la corrupción de la actual clase política. Por eso más vale un borrón y cuenta nueva. En lo personal no me gusta para nada la idea de hacerse de la vista gorda ante la corrupción, pero creo que la Cuarta Transformación se atascaría en mares de lodo al intentar un ataque frontal contra los corruptos del pasado. Lo que puede ocurrir, y ojalá así suceda, es que la sociedad civil entre al quite en ese tema. Hay tantos organismos civiles con datos sobre posibles y escandalosos actos de corrupción, que bien podrían organizarse para llevar a los presuntos responsables ante un tribunal. ¿Llega la hora de la sociedad civil?
El tema denunciado
por Alfaro Ramírez debe ser
investigado
Salinas de Gortari se terminó la Línea Uno, se hizo la Línea Dos y se dejó ya listo, aprobado y terminado el proyecto de laLíneaTres,concasielmismotrazoque la que se está edificando aunque planeada totalmente subterránea.
El tema denunciado por Alfaro Ramírez debe ser investigado por la Secretaría de la Función Pública del gobierno federal y debe haber una exigencia para que se abra la información, se deslinde la responsabilidad que corresponda a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), así como a toda autoridad o instancia pública de la Federación o del Gobierno del estado, lo mismo en relación a las empresas constructoras y respondan por los errores que han costado tiempo, dinero, esfuerzo y riesgos y se proceda a la reparación del daño. Es necesario sí, cuestionar al presidente de la República. La obra ya de por sí ha causado graves afectaciones a los habitantes de la metrópoli y no queremos que ocurra una desgracia mayor.