El periodo más estéril
Me resulta increíble escuchar y leer que todavía hoy se siga pensando que Ricardo Ferretti debió haber sido el entrenador de la selección mexicana de futbol para el Mundial de Qatar 2022.
Pareciera que el veterano director técnico no es responsable de nada en este desastre que ha significado su interinato. Una victoria por un titipuchal de derrotas.
¿Qué dejó de positivo la gestión del brasileño naturalizado mexicano? ¿De verdad hoy alguien puede decir que la aparición de algunos jóvenes promesas con relativo talento?
¿Se trabajó en un estilo de juego que es el que va a retomar el nuevo entrenador? ¿Se mejoró en rubros tan sensibles como el de la disciplina, sobre todo de cara a los futbolistas que juegan en equipos de Europa? Por supuesto que no.
La gestión de Ferretti fue del todo estéril. Y lo estéril llega un momento en que se vuelve dañino.
Habrá que identificar lo más rápido que sea posible los estragos que han generado estos meses de inopia y desgano. No se puede recibir al nuevo entrenador con este lastre.
Espero que los directivos que juegan este rol asuman su responsabilidad y reconozcan que la selección nacional ha dado pena en todos estos últimos partidos de corte amistoso.
Si no es así estarán negando lo evidente, cerrando los ojos ante la posibilidad de ser realmente mejores. Sería un terrible error dar vuelta a la página así nada más, sin mirar y revisar lo que se hizo mal. Aunque presiento que esto sucederá.
Nunca imaginé que el natural periodo de dudas e introspección que requerían los nuevos federativos para tomar la decisión de reemplazar a Juan Carlos Osorio iba a terminar con tanto deterioro.
Hoy la selección ha quedado en estado de indefensión. Los nuevos talentos no han aportado ninguna pizca de esperanza, por más que se quiera inflar a algunos. Y los veteranos demostraron que no están más para vestirse de verde.
Sería un terrible error dar vuelta a la página sin mirar y revisar lo que se
hizo mal