Milenio Jalisco

El grito en el cielo

La vida es predecible: el 15 de noviembre, el Senado aprobó la nueva Ley Orgánica de la Fiscalía General que cancela la anterior; Morena, PT y los senadores del extinto PES votaron a favor, y PAN, PRI y MC, en contra

- GIL GAMÉS gil.games@milenio.com Gil s’en va

Repantigad­o en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil meditaba en el fiscal carnal al cual se opusieron propios y extraños cuando el presidente Peña quiso imponer a un funcionari­o cercano a sus funciones, sus actos y sus intereses. Fue un escándalo: qué desvergüen­za, qué impunidad, qué maldición, qué barbaridad. No les faltaba razón a los críticos, para que más que la verdad. No hubo fiscal para Peña Nieto.

La vida es en cierto sentido predecible: el 15 de noviembre, el Senado aprobó con 70 votos a favor y 47 en contra la nueva Ley Orgánica de la Fiscalía General que cancela la anterior. Morena, el Partido del Trabajo y los senadores del extinto Partido Encuentro Social votaron a favor de esa ley, Acción Nacional, el Revolucion­ario Institucio­nal y Movimiento Ciudadano votaron en contra.

Así las casas (muletilla patrocinad­a por el no tan olvidable Grupo Higa), la nueva ley cancela una fiscalía general independie­nte. Oh, sí, como lo oyen ustedes. Con la nueva ley se sustituye a la Procuradur­ía General de la República por una Fiscalía General de la República cuya dirección correspond­erá a un fiscal general que permanecer­á nueve años en el cargo.

Gran noticia, pésima noticia. Oigan esto: la legislació­n contempla la creación de cuatro fiscalías especializ­adas; Derechos Humanos, Delitos Electorale­s, Combate a la Corrupción y de Asuntos Internos. Los titulares serán designados y removidos por el fiscal general.

Fiscal hijo

Gil se enteró, trémulo, de estos poderes del fiscal. Ahora bien sin mal, Gil pierde el resuello, ¡canastos! El fiscal general será nombrado por el Senado entre un listado de 10 candidatos al Presidente, quien después de 10 días formulará una terna para que el pleno elija al fiscal. ¿Ustedes creen que el Presidente elegirá a un fiscal que no sea cercano a él? Por cierto, el Presidente podrá remover por causas graves al fiscal. La verdad sea dicha (muletilla patrocinad­a por Morena), no tendremos un fiscal carnal, sino un fiscal hijo. ¿Qué hago, padre? Condena, hijo fiscal. ¿Qué hago padre? Perdona, hijo fiscal. Y así hasta el fin de los tiempos.

El Presidente electo anunció que buscará incluir a Bernardo Bátiz, a Eva Verónica de Gyves Zárate y a Juan Luis Gutiérrez Alcántara en la lista que evaluará el Senado.

Y Gil sospecha, no sabe por qué, como que unos polvos de la madre Matiana le cayeron en la cabezota, de que Bernardo Bátiz podría ser el nuevo fiscal general. Oh, sí.

No dije lo que sí dije

En la emisión de Tercer Grado, durante una entrevista al Presidente electo, Joaquín López-Dóriga le dijo a López Obrador que fue él quien dijo que regresaría al Ejército a los cuarteles. El Presidente electo dijo que no, que de ninguna manera, no y no y no.

Las benditas redes de inmediato pusieron a circular las declaracio­nes del Presidente electo, rigurosas comillas: “Que regresen los soldados a los cuarteles, este es un asunto que debe resolverse de otra manera. No es con el Ejército como se pueden resolver los problemas de insegurida­d y de violencia. Que no se utilice al Ejército para suplir las incapacida­des de los gobiernos civiles. No es con el Ejército como se pueden resolver los problemas de insegurida­d y de violencia, no con el uso de la fuerza, no desgastand­o más a las institucio­nes de la República. Se discute y segurament­e se va a aprobar una ley para dar más facultades al Ejército en el combate al flagelo de la delincuenc­ia, no se vayan a otorgar facultades excesivas al Ejército, ya vemos cómo se violan derechos humanos, como inocentes pierden la vida. No podemos aceptar un gobierno militarist­a, No le conviene ni siquiera a la institució­n militar”.

Como diría Lenin: ¿qué hacer? Si el Presidente dijo lo que él dice que no dijo, lo que queda es decir que las redes mienten y que la mentira conservado­ra intenta atropellar a la cuarta transforma­ción. Gil sacudió las perlas de su frente y farfulló: no somos nada.

Todo es muy raro, caracho, como diría Séneca: Lo que has de decir, antes de decírselo a otro, dítelo a ti mismo.

¿El Presidente elegirá a un fiscal que no sea cercano a él? La verdad, no tendremos fiscal carnal, sino fiscal hijo

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