La disciplina será la diferencia
Empató el América al Toluca, de visitante, por situaciones que no necesariamente deberían de dejar muy tranquilos a los seguidores del equipo dirigido por Miguel Herrera.
Empató el América 2-2 por el ofuscamiento ofensivo de los Diablos Rojos, que dominaron, que cercaron a su rival en el área durante todo el segundo tiempo, pero nunca pudieron clarificar, carentes de imaginación y potencia. O no, al menos en función del gran dominio que ejercieron.
Ni siquiera puede hablarse de una defensa estoica de los americanistas o una que tuviera que recurrir a situaciones in extremis. No, el Toluca se nulificó en su propio entusiasmo. Nunca fueron capaces de verse y corregirse los dirigidos por Hernán Cristante. Y lo digo pese a haber registrado plenamente la emoción que generó el golazo del jovencito Alexis Vega literalmente en el último minuto de compensación.
Pero nadie puede decir que en el Estadio Azteca, el próximo domingo, las cosas no puedan ser diferentes.
Así que haría muy bien el equipo capitalino en plantear algo diferente al simple ejercicio del cobro de balones parados, algo en lo que los americanistas son realmente muy buenos.
Si el América decide atacar se estará exponiendo a un contragolpe. Pero no veo a un equipo como ellos saliendo a apostarle al empate y a que sean los de la capital del Estado de México los que tengan que mover fichas al frente.
Así que pese a que en teoría el 2-2 le da ventajas objetivas al conjunto americanista, anticipo un cierre de serie de verdad dramático hasta el último aliento.
Y creo que eso es bueno. De eso se trata la Liguilla. Creo inclusive que el factor disciplina, que no es el fuerte de dos equipos que son muy protestones y calientes, será el que terminará inclinando las cosas para uno u otro lado.
Gran reto, empezando por los entrenadores, que si algo tienen es temperamento no tan fácil de contener.
Anticipo un cierre de serie
de verdad dramático hasta el último aliento