Milenio Jalisco

Renato Sales. “Como trabajo o lectura, lo policial es una pasión”

Admirador de Defoe y Chesterton, “filósofo frustrado”, el hasta hoy comisionad­o nacional de Seguridad suele pasar en la música de Peter Gabriel a Bach o de Pink Floyd a Chopin, además es amante del frijol con puerco, la cocina de su tierra, Campeche

- IGNACIO ALZAGA

Filósofo frustrado”, escritor, lector incansable de todos los géneros, a quien su esposa pregunta siempre cómo es capaz de ver series policiacas y disfrutar de novelas negras cuando todo el día está al acecho de criminales, Renato Sales Heredia (Campeche, 1963) confiesa que cambió la afición que de niño tenía por Chivas y ahora es Puma. Su ejemplo a seguir es su padre. “Lo extraño mucho”, dice.

No ha sido un mando policial de placa y pistola, pero este culto abogado conoce a fondo el inframundo del narcotráfi­co. A partir de mañana, 1 de diciembre, será el último titular de la Comisión Nacional de Seguridad en este país “de cada seis años”.

¿Cuáles son los tres libros que lo han marcado?

Robinson Crusoe, de Daniel Defoe; La columna de hierro, de Taylor Caldwell, y los poemas de Ramón López Velarde. De Robinson… decía Chesterton que su belleza residía en la revalidaci­ón de lo elemental, el valor de una cuchara rescatada del naufragio, lo que salva para salvarse. Lo equiparaba con la ética: ética es lo que rescatamos del naufragio. La

columna… es la vida de Cicerón, su pasión por la República, su enorme cultura. Y los poemas de López Velarde que fueron una revelación en mi juventud, siguen siéndolo: Yo tuve en tierra adentro una novia muy pobre, ojos inusitados de sulfato de cobre.

¿Qué utilidad tiene para un funcionari­o ser un gran lector de literatura cuando está dedicado a combatir a pillos? Ayuda, sin duda. Ojalá ayudara más. Es una pasión. Mi esposa Taissia me pregunta siempre cómo soy capaz de ver series policiales y leer novelas negras cuando uno está en esto todo el día. Es una vocación. La policial es y debe ser respetada como una vocación, y por eso es urgente que una profesión se le ajuste. Hay gente, como un “intelectua­l” que se burlaba hace poco de mí, que no po- dría decirte qué es técnicamen­te un delito, pero opina de estos temas como si fuera un experto. Igual opinan de física cuántica.

¿Gusta del género policiaco? ¿Poe, Chesterton, Conan Doyle, Agatha Christie?

Soy un apasionado de la literatura en general. Ahora estoy leyendo a Jo Nesbo y a John Connolly. Chesterton y su Padre J. Brown son una antigua fascinació­n. Creo que El hombre que fue jueves y La esfera y la cruz son obras que no tienen desperdici­o. Todo Chesterton no lo tiene. Un maestro de la paradoja.

¿Alguna película favorita?

La primera, Blade Runner, de

Ridley Scott, y Érase una vez en

América, de Sergio Leone. Me gusta mucho el cine, aunque no tengo mucho tiempo. ¿Cuál es su deporte favorito? ¿Cuál su equipo o deportista favorito?

El futbol soccer y el tenis. Le voy a los Pumas desde adolescent­e y de niño le iba a las Chivas por puro nacionalis­mo, porque eran, son, el único equipo de la liga conformado solo por mexicanos. Hasta un cómic había que era el Chivitas donde El Centavo Muciño aparecía con cabeza de moneda.

“Mi padre fue un hombre honesto a carta cabal, amante del teatro y de la poesía, lo extraño”

¿Música? ¿Qué escucha, qué géneros, qué artistas?

Peter Gabriel, Bach, algunos nocturnos de Chopin, Schumann, Pink Floyd, José Alfredo Jiménez, etcétera…

¿Cuál fue la peor noticia en sus encargos de este sexenio: fuga de El Chapo, los 43, Tlatlaya? La fuga de El Chapo nos marcó. Se olvida, a veces, que este gobierno lo capturó dos veces y lo extraditó.

¿Qué tal de comida?

Me encanta la comida mexicana, el restaurant­e El Cardenal. La comida de mi tierra, Campeche, el frijol con puerco y el queso relleno, el boquinete frito, las manitas de cangrejo. ¡Uf!

¿Qué es lo que más lamenta haber dejado de hacer a causa de sus cargos en este sexenio? Aprender alemán, italiano... leer más.

Usted ha sido escritor. Platíqueno­s.

Sigo siendo. Siempre escribo. Artículos, discursos, palíndroma­s, ensayos, poemas. No podría dejar de escribir.

Su padre, Renato Sales Gasque, destacó en la procuració­n de justicia en México. ¿Qué le aprendió?

Mi padre fue un hombre honesto a carta cabal. Un gran jurista, pero también un amante del teatro y de la poesía. De la geografía. Era un gran charlista. Él era un humanista cristiano en un mundo político en el que eso era casi una contradicc­ión. Siempre luchó porque la vida política estuviera permeada por principios, por valores. Y siempre nos dijo que esa era la ruta más difícil, pero la única válida. Sigue siendo para mí el ejemplo a seguir. Lo extraño mucho.

¿Alguna profesión, oficio que le hubiera gustado ejercer, un “anhelo frustrado”?

Soy un filósofo frustrado.

Será el último comisionad­o nacional de Seguridad.

Sí. Somos, para fortuna o desgracia, el país de cada seis años.

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ESPECIAL Siempre escribo: artículos, discursos, palíndroma­s... no podría dejarlo.

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