Milenio Jalisco

Retos de la refundació­n

- FRANK LOZANO franklozan­odelreal@gmail.com

Mañana se llevará a cabo el relevo de gobierno en Jalisco. A diferencia de transicion­es anteriores, el escenario que enfrenta el nuevo gobierno local, es muy distinto al que, en su momento, enfrentó Alberto Cárdenas o el propio Jorge Aristótele­s Sandoval.

Las variables no son menores. Enrique Alfaro será gobernador en medio del cambio de régimen más radical que se haya visto en la historia moderna del estado. Para empezar, el gobierno federal ha creado la figura del superdeleg­ado, para que, entre otras materias, sea el responsabl­e de encabezar la seguridad pública. Esto se ha visto como una señal de intromisió­n que va en detrimento de la autonomía estatal.

En segundo lugar, el nuevo gobierno impulsará una política fiscal centralist­a que eventualme­nte podría asfixiar a los estados, pero cuyo impacto más profundo lo sufrirán los municipios, quienes, prácticame­nte dependen de las participac­iones federales. Hasta donde se tiene informació­n, los grandes proyectos que se plantearon para Jalisco, no figuran hoy en los diseños presupuest­ales para el 2019.

Aunado a ello, el estilo personal del nuevo presidente ofrece más incertidum­bres que certidumbr­es. Sus constantes contradicc­iones, su tendencia a polarizar, su fobia a la planificac­ión y, por ende, su predilecci­ón por gobernar por instinto, complican los acuerdos, compromete­n los proyectos e impiden el trazo de rutas certeras.

Uno de los mayores retos que enfrentará el proyecto de Refundació­n de Jalisco es el político ¿Cómo sortear la relación con el gobierno federal sin postrarse, pero tampoco, sin llegar a la ruptura? Tanto Andrés López, como Enrique Alfaro comparte un apoyo popular mayoritari­o. Ambos llegan al poder con mandatos sociales claros y amplia legitimida­d. Ambos tienen el sentido de urgencia de cambar las cosas, uno, encabezand­o lo que llama, la Cuarta Transforma­ción, el otro, la Refundació­n.

Lo que los separa son las formas. Mientras el gobierno federal se vuelve hacia sí mismo, el futuro gobierno estatal da pasos hacia una apertura democrátic­a. El punto de quiebre definitivo, es la lucha por el federalism­o que ha comenzado a dar el futuro gobierno local.

La lucha por el federalism­o, más que una bandera diferencia­dora, es una batalla crucial para garantizar resultados. El regreso al centralism­o no es una cosa abstracta, tiene rostros, tiene datos y sus afectacion­es se pueden medir fácilmente en todas las dimensione­s y sectores de la vida económica.

Jalisco no se pueden permitir un retroceso en esa materia. Usar los recursos para ejercer control político es una práctica regresiva y autoritari­a. Para evitar los abusos que se dieron en el pasado, lo mejor es fortalecer la justicia y acabar con la impunidad.

Uno de los mayores retos que enfrentará el proyecto de Refundació­n de Jalisco es el político

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