AMLO y Alfaro a gobernar para todos
En medio de profusos señalamientos de graves turbiedades, entre escándalos de corrupción e impunidad, así como incumplimiento de metas en cuanto a desarrollo, cohesión social, seguridad y justicia, y con gran índice de rechazo de la sociedad, culminó la gestión presidencial de Enrique Peña Nieto. Un sexenio que será recordado por las reformas, la sangre, las fosas y las desapariciones.
El Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) asume su encargo, que le confiere enormes retos, con gran respaldo social aunque también enfrentando una mayoría de mexicanos que no lo respaldó, debiendo extremar dedicación y esfuerzo para gobernar sin sesgos ni discriminación de ningún tipo, procurando actuar con eficiencia, eficacia, transparencia y honestidad.
La administración de López Obrador, ahora sí, con plena facultad, autoridad y derecho ha arrancado tomando decisiones que si bien ya se veían venir por ser propuestas de campaña como la venta del avión presidencial, la apertura de Los Pinos y la iniciativa del fuero, también lo ha hecho con estrategias que no estaban en el librito, como la compra y venta de bonos del Proyecto y Programa Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en Texcoco (NAICM) que seguirá generando polémica y que a pesar de la decisión del Presidente en cuanto a cancelarlo es complicado aventurar el posible esquema que para eso se implemente y las consecuencias que derive.
Es natural y adecuado desear éxito a los nuevos mandatarios, tanto al presidente López Obrador como a Enrique Alfaro Ramírez, quien inicia gestión como Gobernador de Jalisco y está obligado a gobernar sin sesgos en favor de todos los jaliscienses, extremando su labor en un marco de honestidad, trasparencia y esfuerzo para cumplir sus grandes y amplios compromisos, especialmente el devolver la seguridad y tranquilidad a las familias jaliscienses.
Es natural y adecuado desear éxito a los nuevos mandatarios