Reportan menos pobres, pero a más no les alcanza el dinero
Análisis. Los resultados de Aristóteles Sandoval en materia de desarrollo social contrastan con sus reportes oficiales, según estudio de un consultor
A inicios de año, Aristóteles Sandoval presumía: “entre 2012 y 2016, Jalisco se posicionó en el primer lugar al sacar a 490,401 habitantes en situación de pobreza”.
Con un poco más de detalle (dicen que “el demonio siempre está en los detalles”), hay algunos temas a observar:
1. El empobrecimiento de la clase media.
En México, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), son “vulnerables por ingresos” aquellas personas que, aunque no padecen carencias sociales (no tienen rezago educativo, cuentan con acceso a los servicios de salud y seguridad social; su vivienda es adecuada en tamaño, calidad y cuenta con servicios), su ingreso es inferior o igual a la línea de bienestar; es decir, que lo que ganan apenas alcanza (o no) para adquirir lo mínimo indispensable: comida, vivienda, transporte, etc.
Durante la administración de Aristóteles Sandoval, en 105 de los 125 municipios de Jalisco aumentó la vulnerabiidad por ingresos en un 80% en promedio. Destacan los incrementos de más del 200% en siete municipios: Atoyac (235%), Ayotlán (215%), Bolaños (421%), Chimaltitán (245%), Mezquitic (405%), San Martín de Bolaños (221%) y Zacoalco de Torres (215%).
Es decir, en la administración saliente casi se duplicó el número de personas cuyo ingreso es insuficiente para adquirir lo mínimo indispensable para subsistir. Son cerca de 700,000 jaliscienses, casi medio millón de los cuales pertenecen al Área Metropolitana de Guadalajara y que en total equivalen a poco menos del 10% de la población del estado.
2. La peor de las pobrezas: trabajar y no ganar para comer. La pobreza laboral (ITLP) establece la proporción de personas que, a pesar de contar con un empleo, su ingreso no es suficiente para completar el gasto en alimentos (CONEVAL, 2010).
En el caso de Jalisco, durante la gestión de Aristóteles Sandoval casi un tercio de las personas ocupadas (28% en promedio), no recibió un ingreso suficiente para alimentarse, fuente: CONEVAL
3. Las cifras de “San Ajustín” en Educación.
Según el INEGI, en Jalisco había un 4.2% de analfabetismo (personas de 15 años y más que no saben leer ni escribir). Según el sistema MIDE-Jalisco, solo había un 3.5% en el mismo momento. Ambos citan la Encuesta Intercensal 2015 (INEGI).
Llama la atención que el sistema MIDE-Jalisco tiene 17 indicadores de Educación en los que el valor actual alcanzado (Oct/18) coincide hasta en decimales con la meta señalada para el Plan Estatal de Desarrollo (PED) para el mismo periodo. No se tiene que ser un experto en Probabilidad para suponer que tal situación es casi imposible que suceda.
El único indicador de educación que no sorprende (idéntico entre su dato y la meta) es el de “reprobación en educación primaria”, pues existe la consigna (no necesariamente “oficial”) de que los profesores no pueden reprobar alumnos. Algo como… “inscribirse y no morirse”.
4. La vivienda no tan digna. Aunque se ha duplicado la capacidad de producción de viviendas gracias a sistemas automatizados y el uso de materiales prefabricano. Efectivamente se disparó la construcción de vivienda vertical, pero el cambio en el modelo de urbanización no consideró el equilibrio urbano ni benefició a la mayoría.
En Jalisco, más de 611,000 personas carecen de vivienda digna (piso de tierra o material endeble en techo o muros o con hacinamiento), según CONEVAL. Esta carencia se disparó en más de un 22% durante la gestión de Aristóteles Sandoval. Los datos no parecerían tan graves si no es porque existen a la vez estimaciones de la existencia de 300 mil viviendas abandonadas en la entidad (CAUDEJ, 2018).