Lo que viene es pura tensión
Quedó claro que el Monterrey no es el equipo que perdió la final de la Copa Mx contra el Cruz Azul el pasado 31 de octubre. Es un mejor equipo. Y está absolutamente nítido también que el Cruz Azul no es una aplanadora que va a tener un camino tranquilo hacia lo que sería su novena estrella.
Fue el de anoche un partido en el que ambos planteles salieron a jugar con mucho cuidado. El gol de los Rayados fue apenas arrancando, por ahí del minuto 3. Y luego puro esfuerzo de todos. Los de la Ciudad de México esperando que los locales se desbocaran y fueran abiertamente por el segundo, para tener espacios. Pero eso nunca sucedió.
Los dos queriendo sí ir al frente, pero sin arriesgar demasiado, esperando algún error del adversario, pero sin hacer locuras.
Pareció que el Cruz Azul se sentía cómodo perdiendo por la mínima diferencia, como que muy seguro de que el sábado por la noche en el estadio Azteca tendrá todo a su favor para resolver las cosas a su favor.
Solo el remate de cabeza de Elías Hernández, que sacó de forma espectacular a una mano el portero Marcelo Barovero, también casi al arranque del juego, fue lo más cerca que estuvo el Cruz Azul del gol.
Y sí, los Rayados, con un encendido Funes Mori bien pudo hacer dos goles más.
La verdad es que el uno a cero, bajo lo que se vio, fue un gran resultado para los cementeros.
Ahora, si creen que van a pasar con el simple hecho de ser locales y de tener el mayoritario apoyo de los aficionados en la tribuna, están muy equivocados. Si algún equipo puede hacerle daño a los cruzazulinos es precisamente el Monterrey.
Lo único a lo que nos lleva esto es a algo muy bueno: va a ser un partido, el del sábado, muy pero muy tenso. Como debe de ser una semifinal en un torneo en el que no hubo un claro dominador futbolístico.
La verdad es que el uno a cero, bajo lo que se vio, fue un gran resultado para los cementeros