¿Dónde nos perdimos?
Hace muchos años, cuando terminé de leer La tierra pródiga, de Agustín Yáñez, quedé gratamente sorprendido. El ex gobernador del estado narró en esa excepcional obra los avatares sociales y políticos de la región costera de Jalisco. El cuero se me enchinó de la emoción por la minuciosa descripción que el autor hace del entorno y sus habitantes, en un acercamiento muy certero a la identidad de aquella región, a la cual por cierto le tengo especial cariño, pues es a donde, a la menor provocación, mi padre nos llevaban a vacacionar de chiquillos.
En torno a ese libro, también me llamó la atención que el autor, además de contar con una exitosa carrera literaria, acababa de concluir su encargo como gobernador del estado de Jalisco un año antes de la publicación. Por esto, me puse a pensar sobre la perspectiva que tendría Yáñez desde su posición de poder y acceso a información privilegiada, así que, emitiendo un juicio de valor, concluí para mí mismo que la novela y sus contextos son extraordinarios y nos dejan ver las muchas realidades que se gestan en la sociedad.
Después de eso, me di a la tarea de adquirir, leer y analizar publicaciones de personajes mexicanos que habrían ocupado puestos de poder. Gracias a lo anterior encontré verdaderas joyas como los cuatro tomos de Nuestro Liberalismo, de don Guadalupe Zuno, la obra completa de Carlos Pellicer, padrino y tutor político del nuevo presidente de la república; además el cínico, valiente y robusto libro del general Gonzalo N. Santos, titulado Mis memorias que hoy por hoy habría infartado a muchos de los “ofendidos profesionales” que pululan en las redes sociales.
Hay que decirlo, también topé con terribles esperpentos, que más que libros, son mamotretos propagandísticos para dar posición a las ambiciones políticas de sus dizque autores, y como ejemplo está el título La fuerza del cambio, del ex gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle.
El caso es que, por angas o mangas, llegó a mis manos el libro ¿En dónde nos perdimos?, del hoy ex gobernador Aristóteles Sandoval. A decir verdad, pensé encontrarme con otro panfleto de vil propaganda partidista, pero no, en realidad se trata de un texto de divulgación de ideas y puntos de vista en torno a la transformación urbana, su historia y los escenarios a futuro. Por supuesto, no se trata de una magna obra literaria merecedora del Nobel, sin embargo, es un ejercicio bien logrado desde una perspectiva a la que no tenemos acceso los mortales de a pie, y que a su vez nos proporciona datos interesantes en cuanto al desarrollo de las poblaciones.
En conclusión, creo que sería muy sano que una vez que los gobernantes terminen sus gestiones, escriban un libro o un manual donde nos hablen de temas coyunturales desde su particular punto de vista, y de acuerdo al resultado de su gestión, tener un parámetro a corto plazo para saber qué hacer o qué no hacer en el arte de gobernar.
Sería sano que los gobernantes, al terminar su gestión, escriban un libro