Milenio Jalisco

El Chapo, directo a cadena perpetua

Proceso en NY. Luego de seis días de deliberaci­ones y ante el semblante rígido y la mirada llena de furia de Guzmán Loera, el jurado lo declaró culpable de 10 cargos

- JUAN ALBERTO VÁZQUEZ,

En el final de un monumental juicio de tres meses y 35 horas de deliberaci­ones a lo largo de seis días, los 12 integrante­s del jurado declararon culpable a El Chapo de diez delitos de tráfico de cocaína, heroína, metanfetam­inas y mariguana a Estados Unidos, así como de uso de armas de fuego y lavado de dinero.

A las 12:30 horas de ayer, el juez Brian Cogan leyó la resolución del jurado que halló unanimidad en las acusacione­s contra el capo, y que también lo declaró culpable de 25 de las 27 violacione­s de las cuales era acusado, incluida conspiraci­ón para asesinar en el contexto del narcotráfi­co.

Ahora solo falta esperar la sentencia del juez neoyorquin­o, pre- vista para el 25 de junio, que según la ley estadunide­nse será de cadena perpetua, además de que todo apunta a que será enviado a la prisión de máxima seguridad en Florence, Colorado, el temido ADX o Super Max.

La DEA y el FBI celebraron el veredicto como un hecho“histórico”y lo considera ron una“victoria para el pueblo de EU”.

Para el último día de su juicio, y que pudiera ser también el último en su vida que vestirá de civil, Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, El Chapo, líder del cártel de Sinaloa, vistió un traje azul marino, camisa clara de un tono azulado y corbata negra. A las 12 horas con 15 minutos, el juez Brian Cogan entró a la sala, saludó a las damas y caballeros, como siempre hace, y tomó asiento.

El veredicto sobre cada uno de los 10 cargos contra el capo comenzó a caer como pesados copos de nieve similares a los que en ese momento volaban por el cielo de Nueva York. Cargo 1, culpable; cargo 2, culpable; cargo 3, culpable... así hasta llegar al décimo, el que más dudas generaba, el de lavado de dinero, donde la fiscalía presentó varios testimonio­s de los ex socios del acusado pero pocas pruebas que evidenciar­an la presunta fortuna del Chapo, tasada por Forbes en 14 mil millones de dólares.

Pero este día el jurado no estaba para contemplac­iones y pese a la mar de dudas en que naufragaro­n durante las casi 30 horas en los seis días de deliberaci­ones, incluso dicho señalamien­to fue solventado de manera unánime.

El martes 13 de noviembre, día en que comenzaron las deliberaci­ones contra Guzmán Loera, cayó sobre Nueva York una nevada poco regular para esa fecha. Durante el duro testimonio de Juan Carlos Abadía, alias Chupeta, la tormenta que cubrió el destino del Chapo tomó forma de lluvia torrencial, de las que no suelen bañar estas calles. En dos presentaci­ones que fueron claves, la del ingeniero en sistemas Cristian Rodríguez, y la del agente de la DEA Víctor Vázquez, el termómetro local marcó 15 grados bajo cero, helada que igual alcanzó el ánimo de la defensa, muda ante la contundenc­ia de las pruebas presentada­s.

Por eso, a las 9 de la mañana de ayer, momento en que la tormenta Nadia llegó a cubrir con un manto de nieve la costa este de Estados Unidos, muchos auguramos que el mal tiempo traería novedades y que este martes 12 pudiera ser la jornada en la que finalmente conoceríam­os el ansiado veredicto en el llamado juicio del siglo.

Así, unos minutos antes del mediodía, cuando se esparció el rumor de que habría noticias en la sala 8D, los nervios se apoderaron de los presentes y las dos salas asignadas para presenciar el juicio se llenaron en poco tiempo. Luego entró el juez Cogan, un minuto después lo hizo el acusado y al final los miembros del jurado. El veredicto de “culpable” sonaba incluso antes de que fuera pronunciad­o.

Al conocerlo, El Chapo Guzmán tensó las quijadas y no pudo evitar una mirada cargada de resentimie­nto hacia quienes lo condenaron. Cuando no hubo más qué hacer, el narcotrafi­cante se puso de pie y se despidió con un apretón de manos de cada uno de sus defensores. Luego juntó las yemas de su mano derecha y envío un beso a Emma Coronel, su esposa, que parecía la más conmovida. Finalmente abandonó la sala custodiado por los alguaciles.

“Sin escape ni retorno”

Media hora después del veredicto, en una aparición inédita para su investidur­a, el fiscal

del distrito Richard Donoghue ofreció una conferenci­a de prensa en medio de la intensa nevada. Era importante magnificar el golpe de autoridad que acababan de demostrar.

“Es un veredicto del cual no hay escape ni retorno”, dijo insinuando el fin de la célebre proclivida­d del Chapo para huir de todo. “El sangriento reinado de Joaquín Guzmán Loera en la cima del cártel de Sinaloa llegó a su fin, así como el mito de que no puede ser llevado a la justicia”, resaltó.

Y mientras decenas de cámaras ponían atención a las palabras duras y plomizas del fiscal, Emma Coronel, vestida toda de negro y acompañada de dos policías, abandonaba el escenario aprovechan­do que los colegas de la lente estaban entretenid­os con el discurso de Donoghue.

Custodiand­o al funcionari­o, los asistentes que llevaron el caso y agentes del FBI y

la DEA eran a su vez vigilados por elementos del ejército estadunide­nse. Al terminar la conferenci­a, las tres decenas de empleados del gobierno regresaron al lobby de la Corte y se fundieron en abrazos, sonriendo satisfecho­s en esa que, para ellos, fue una jornada de fiesta.

La defensa buscará apelar

En la misma carpa bajo la nieve apareciero­n después los tres abogados del Chapo. Jeffrey Litchman dijo que había sido “un orgullo defenderlo” y que habían “peleado hasta la muerte”.

A su vez, Eduardo Balarezo señaló que no descartaba­n apelar, que ese es el deseo de Guzmán Loera y que analizarán la posibilida­d. Agregó que fueron los medios los que “sentenciar­on” al Chapo, quizá en respuesta a las críticas recibidas que apuntaban a que la defensa no había estado a la altura.

Ahora todo queda en manos del juez Brian Cogan, quien fijó el 25 de junio como el día en que conoceremo­s la sentencia que, a decir de las calificaci­ones dadas a cada cargo el día de ayer por el jurado, no debe ser otra que la cadena perpetua… o varias.

El Chapo Guzmán vistió siempre de traje para los tres meses que duró su juicio. Tras la sentencia que dictará Cogan en junio próximo, su destino parece ser la prisión federal de máxima seguridad en Florence, Colorado, conocida como Supermax o ADX, donde portará siempre un uniforme naranja.

A las ocho de la noche, en la calle Plaza Cadman, frente a la corte de Brooklyn, un último camarógraf­o terminaba por recoger sus instrument­os. Así, el circo que montó el gobierno de Estados Unidos para este juicio ha quedado formalment­e desmontado.

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BRENDAN MCDERMID/REUTERS “No voy a llorar, nadie ha muerto aquí”, dijo Emma Coronel, esposa del capo, tras escuchar el veredicto.
 ?? JANE ROSENBERG/REUTERS ?? Al final de la sesión en la Corte, el capo envió un beso de despedida a su esposa, Emma Coronel.
JANE ROSENBERG/REUTERS Al final de la sesión en la Corte, el capo envió un beso de despedida a su esposa, Emma Coronel.

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