El Estado contra el
Traición a la patria, terrorismo, sedición y rebelión fueron las acusaciones del gobierno de Zedillo al líder del EZLN, según el expediente obtenido por MILENO, donde se evidencian fabricaciones, conspiraciones, infiltraciones y otras intrigas
Al calor de los ochenta, cuando México se alistaba para instaurar el modelo económico neoliberal que recorría una parte del mundo, a la par que el presidente Carlos Salinas y su equipo cabildeaban en las altas esferas de Washington y Ottawa a favor del Tratado de Libre Comercio, activistas, catequistas y guerrilleros lo hacían contra el mismo en decenas de comunidades lejanas de la selva Lacandona de Chiapas, entre otras formas, usando cómics en los que se afirmaba que los países más ricos del planeta —EU, Canadá, Inglaterra, Francia, Alemania, Italia y Japón— se habían unido para dominar al mundo.
—Fíjate, los siete países están en el Norte y la mayoría de los pobres quedan al Sur —decía uno de los personajes de la historieta clandestina ¡Ay, qué mundo este!
—Ahora el problema no es entre Este y Oeste, sino entre Norte y Sur —contestaba otro personaje del panfleto repartido en una de las regiones más pobres de México, habitada por miles de indígenas descendientes de los mayas. —¿Qué pasa entre Norte y Sur? —Los pobres no tienen participación. Son los mirones de lo que otros deciden, hacen y disfrutan. Los ricos concentran la riqueza, el poder y disfrutan de los bienes. No dejanquelospobressedesarrollen.
Al margen del diálogo, se resaltaba la siguiente consigna: “Los pobres nunca disfrutarán de los beneficios del TLC”.
“¿Qué hacemos los pobres?”
Para el 1 de enero de 1994, fecha de entrada en vigor del acuerdo comercial con EU y Canadá (que actualmente está en proceso de renovación), miles de los indígenas que se alzaron en armas ya habían reflexionado y discutido antes en torno a datos como estos: “—América Latina tiene 140 millones de personas en extrema pobreza —Muere un millón de niños al año antes de cumplir su primer año —Hay un soldado para cada 250 personas y un médico para cada 2 mil 700 personas —Mientras que para mantener y preparar un soldado se gastan 31 mil dólares, para educar un niño
Abundan descripciones detalladas del armamento que portaban cada uno de los dirigentes
se gastan 520 dólares —Al año mueren 15 millones de niños por faltarles lo necesario para vivir…”
Estos folletos de propaganda atribuidos al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) se pueden conocer ahora de manera oficial ya que forman parte de la Causa Penal 18/1995 del juzgado primero de distrito de Chiapas, la cual se inició en el arranque del gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León contra el líder del grupo guerrillero, entonces llamado Subcomandante Marcos (ahora Galeano), así como de otros miembros de la organización armada.
Traición a la patria, terrorismo, sedición, motín, conspiración y rebelión son algunos de los delitos por los que acusó al Subcomandante la Procuraduría General de la República —en ese momento por primera vez a cargo del PAN, a través de Antonio Lozano Gracia— según se registra en el expediente judicial, ya sobreseído y obtenido mediante una solicitud de acceso a la información. Fabricaciones, traiciones, solidaridades, infiltraciones y otras intrigas de diversos personajes del México actual también quedan en evidencia en la documentación integrada en 10 mil hojas divididas en siete tomos.
El expediente muestra el precipitado proceder de la instancia judicial antes del 9 de febrero de 1995, fecha en la que el gobierno de Zedillo lanzó de manera sorpresiva una ofensiva también militar, política y mediática contra los zapatistas, cancelando la negociación que sostenía el entonces secretario de Gobernación (hoy de Educación Pública), Esteban Moctezuma, así como la tregua que había establecido el gobierno de Salinas con el grupo. También están contenidos algunos testimonios, documentos e imágenes que fueron filtrados en su momento por los órganos del poder para la escritura de libros, trabajos académicos y columnas periodísticas contra el EZLN.
Después de varias páginas de adoctrinamiento, el cómic ¡Ay, qué mundo este!, concluye con la pregunta: “¿Qué hacemos los pobres?”.
Judiciales zapatistas
Entre los argumentos legales que usó la PGR para justificar la orden de aprehensión emitida el 9 de febrero de 1995 contra el Subcomandante, se encuentran una serie de reportes y fotografías tomadas por los agentes Manuel Alfonso Canseco y Miguel Ángel López, quienes se hicieron pasar como simpatizantes de la organización para acudir a algunos eventos, como por ejemplo la Primera Convención Nacional Democrática celebrada por el grupo en agosto de 1994 en el poblado de Guadalupe Tepeyac.
“Los compañeros de la Policía Judicial Federal —se lee en uno de los reportes— lograron infiltrarse a esta convención después de pasar una serie de filtros puestos por los mismos militantes del EZLN desde la salida de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas hasta el Ejido Aguascalientes”.
También abundan descripciones detalladas del armamento que portaban cada uno de los dirigentes zapatistas. Por ejemplo, está una del Comandante Felipe, figura emblemática en aquellos años, al ser quien leyó la Declaración de Guerra contra el gobierno mexicano, durante la toma de San Cristóbal de las Casas. En su reporte, los policías comentan que cuando encontraron al insurgente zapatista “vestía una carrillera con cartuchos para escopeta de color rojo; al frente, cruzadas sobre el pecho, dos carrilleras más sobre los hombros con cartuchos útiles; una pistola tipo revolver la cual llevaba en la fornitura de color verde, a la altu-