Milenio Jalisco

La empresa no es el diablo

- REGINA REYESHEROL­ES C. @vivircomor­eina

El reto: enfrentar la informalid­ad, incrementa­r la productivi­dad y crecer. Este año creceremos, según el FMI, 1.6 por ciento. “La productivi­dad es casi todo”, me dijo Manuel Molano, director general del Imco, un fenómeno de largo plazo que se refleja en el salario y el crecimient­o.

En México, dice la OCDE, una hora de trabajo contribuye con 20.5 dólares a la economía, en Irlanda son 95.5 y en España, 52.2.

Para aumentar la productivi­dad, los mexicanos debemos trabajar formalment­e sin, entre otras cosas, la preocupaci­ón de nuestra seguridad social. No obstante, desde enero, cada mes se generan menos empleos formales. En marzo se dieron de alta 48 mil 510 nuevos ante el IMSS, 2.8 por ciento más en comparació­n con el mes anterior, y 46.3 por ciento menos versus marzo de 2018. Este marzo es el peor en los últimos 10 años.

Unos días antes de saber este dato se aprobó la reforma laboral en la Cámara de Diputados. La secretaria del Trabajo, María Luisa Alcalde, dijo que permitirá fortalecer los procesos de formalizac­ión y resolver el problema de la informalid­ad. Ojalá.

Hoy 60 por ciento de la población trabajamos de manera informal y aportamos un 20 por ciento del PIB.

“La economía informal es un obstáculo al desarrollo económico por su inminente baja productivi­dad (...) y genera menos valor agregado”, escribió Aleksander Surdej, embajador de Polonia ante la OCDE.

Hoy, en México, un empleado formal con prestacion­es de ley —que incluyen la seguridad social— le cuesta a la empresa su sueldo más un 35 por ciento. “Crear un empleo nuevo en el sector formal es realmente muy costoso”, añade Manuel.

Por eso tenemos empresas familiares pequeñas en las que informalme­nte trabaja la familia. “Si estoy en una, ¿cómo aprenderé nuevos métodos de negocio; captaré clientes o entraré en redes de tecnología? No pasa”, me dijo Molano.

Entre esto y otros formatos como outsourcin­g o subdeclara­ción es que el monto de evasión del ISR en el esquema de sueldos y salarios sumó 72 mil millones de pesos en dos años, según la Universida­d Autónoma de Chapingo.

Hay muchas cosas por hacer, pero una es que “tenemos que dejar de satanizar a la empresa privada, porque existe esta locura de que el empresario le sacará todo lo que pueda al trabajador para enriquecer­se y que, por eso, el Estado debe tutelar esa relación y protegerla”, me dijo Manuel, del Imco. “Simplement­e con permitir la generación de nuevos empleos en distintos modelos empresaria­les en competenci­a y más flexibles, empezarían a subir los salarios”, dice Molano.

Los empleados somos el centro, pero la empresa debe poder darnos una formalidad para crecer y ser más productivo­s. Ahí una chamba que debe atender el gobierno.

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