Miguel Bazdresch
Construir otra democracia será un proceso lento
Cuarta Transformación propone el nuevo gobierno. Por ahora sigue pendiente. Hay más de lo mismo con algunas chispas de novedad, eso sí, muy bien festinadas. Si se quiere transformar es necesario aclarar si
se trata de darle “otra forma” al régimen o se trata de diseñar y construir las bases de otra democracia.
Una democracia que vaya más allá del diseño liberal del siglo diecinueve, que aún pervive, implica aceptar el imperativo de una nueva concepción de ciudadano/a con la cual reformular lo que le toca a un ciudadano/a en el contexto bio-socioeconómico de hoy y, por consecuencia, qué le toca al gobierno y a la política. Un ingrediente central de esa democracia neo-ciudadana (por ponerle un nombre) es el diseño del papel y lugar de los pueblos indígenas. Ubicar, en ese diseño, su concepto de propiedad, de acción comunitaria y de relación productiva y ética con la mayoría mestiza, para fundar su aportación y sus formas de participación en la educación, la política, la salud y sobre todo en la economía nacional. Así, será fácil definir la tarea del gobierno nacional ante estas comunidades, hoy obligadas a la resistencia para mantener sus principios ancestrales.
Construir otra democracia será un proceso lento y tortuoso. No podrá ser a partir de distinguir “conservadores”, “fifis”, “chairos”, “corajudos”, “sensatos” y otras dualidades más groseras. Si se me permite una exageración, será mediante una resurrección nacional.
En este día los cristianos de todo el mundo recordamos la resurrección del Cristo que nos da nombre común a quienes creemos en el mensaje y en la historia de los pueblos ligados a su testimonio: Morir para mostrar que actuaba como pensaba y predicaba. Más allá de la deficiente ejecución en la transmisión del mensaje por parte de las iglesias, nada ha eliminado la piedra de toque de la propuesta: La libertad de consciencia. Esa piedra transformó la concepción del hombre y las relaciones con otros y con el mundo habitado por todo lo creado. Las realidades aún están lejos de los deseos. Sin embargo, el tránsito por ese camino no disminuye ni se detiene.
Sí, es exagerado pedir una resurrección nacional al régimen. Sin embargo, o “resucitamos” la idea de ciudadanía y ciudadano/a participante activo, respetado y constructor democrático o en nuestra democracia, así sea cuarta, seguirá cabiendo de todo.
Las realidades están lejos de los deseos. Sin embargo, el tránsito por ese camino no se detiene