"El teatro ha sido un viaje increíble donde sigo tratando de forjarme un nombre"
porque cuando decidí entrar al teatro musical creyeron en mí, el primer productor (Morris Gilbert) que me dijo: ‘tú vas a hacer un protagónico’ creyó en mí y así fue. Fue Morris Gilbert en Jesucristo Superestrella, entré como la suplente número dos, y se enfermaron las dos y ahí entró la Sosa. Yo dije: ‘¡Agárrense!’ Las oportunidades llegan y tienes que aprovecharlas porque son únicas.
¿Así lo asumes?
Sí, cuando yo llegué también había estrellas que yo admiraba y me tocaba trabajar al lado de ellas o ellos y yo sudaba de la emoción. Y les di su lugar y siempre estuve dispuesta a aprenderles. Y de pronto ya era la suplente de una de esas grandes estrellas y luego la estrella, pero así es en esta carrera, todo es como un círculo, como también pasa en la vida, que constantemente tienes que estar buscando oportunidades.
¿Has sacrificado algo?
Sí, definitivamente, a mi familia. Ellos viven en el estado de Veracruz, y eso me ha hecho no estar con ellos. Me he perdido muchas cosas.
En la vida a veces no se puede tener todo…
No, no se puede tener todo, pero hay que entender que a veces uno se obsesiona tanto por lograr tantas cosas… Yo llegué de la nada, sin tener nada aquí en Ciudad de México y empecé a trabajar y a trabajar, iba como caballito de carreras sin ver al lado lo que pasaba y durante muchos años dejé de lado a mi familia y perdí a gente que amaba por estar metida en mi carrera. Tiempo después, hoy entiendo, con golpes fuertes porque solo así entendemos, que sí, perseguir tus sueños es algo extraordinario y hay que pelear por ellos, pero no hay que olvidar que hay gente a nuestro alrededor que está esperándonos y que a veces nos puede estar necesitando y estamos muy sordos, no escuchamos.