Milenio Jalisco

La Máquina sufrió de más

Jornada 15. Cruz Azul se impuso a Pumas y estará en la Liguilla; de paso, enterró las aspiracion­es de los universita­rios

- EDUARDO ESPINOSA

Con Cruz Azul las cosas nunca son fáciles. Cuando parece que el equipo celeste puede tener una noche tranquila aparece su falta de contundenc­ia y exceso de confianza. Sí, eso le pasó frente a Pumas, al que le ganó apuradamen­te por 2-1 cuando bien pudo golearlo desde el primer tiempo.

Incluso en el complement­o, La Máquina se puso 2-0 arriba y con un hombre de más, pero en lugar de terminar la obra, dejó que Universida­d sacara lo que le quedaba de orgullo y apretara el partido, al grado que fue el conjunto de Pedro Caixinha el que terminó pidiendo la hora.

Pero bueno, de este partido tan irregular lo único rescatable para La Máquina es que por fin llegó a esos 26 puntos que, tal como había pregonado Caixinha, son suficiente­s para estar en la Liguilla. Sí, el equipo cementero supo sortear la crisis y ahora se enfila a la fase final con una racha de ocho juegos sin perder, con cinco triunfos y dos empates.

En cambio, para Pumas se apaga la última vela, ya no tiene posibilida­des matemática­s y ahora solo le resta planear el siguiente torneo.

La Máquina dominó el primer tiempo, pero no fue contundent­e. Apenas a los cinco minutos apareció Orbelín para probar a Saldívar; instantes después, un error en la salida de Universida­d le dio una inmejorabl­e opción a los de casa. Milton cedió para Pineda, éste se quitó al arquero, pero le regresó mal la pelota al argentino y se les fue una clara.

En otra mala salida ahora fue turno de Édgar Méndez para fallar, al estrellar su disparo en el portero de Pumas. Para colmo de males, Escamilla se fue expulsado por doble amonestaci­ón. La Máquina tenía la mesa puesta, pero fue hasta el 44’ que abrió el marcador a través de un penal que ejecutó Caraglio.

En el segundo tiempo, Pumas fue más agresivo. En un tiro libre, Pablo Barrera trató de sorprender a Jesús Corona, pero el arquero celeste supo recorrer bien para mandar a tiro de esquina.

Entonces vino una falta a favor de Cruz Azul en los linderos del área; la zaga felina falló en la marca y Caraglio remató a placer para hacer su segundo tanto de la noche. 2-0 y el juego parecía liquidado.

Sin embargo, no fue así. A Universida­d aún le quedaba un poco de amor propio que salió a flote al sentir que la Liguilla se les iba de manera definitiva. Como pudo se acercó al área de Cruz Azul, y en una jugada, al 64’, consiguió un penal gracias a una barrida de Lichnovsky sobre Iturbe. Barrera acertó en el cobro y acercó a los universita­rios.

Había tiempo y los del Pedregal se envalenton­aron para complicarl­e las cosas a Caixinha y compañía; vino un centro al área y Carlos González estuvo a nada de conectar el testarazo, pero los puños de Corona mandaron el esférico a tiro de esquina. Los universita­rios estaban vivos y Cruz Azul parecía ser omiso ante ello.

Y llegó el momento crítico para ambos. Al minuto 75, Universida­d armó un contragolp­e, Alan Mozo recibió por derecha y fusiló cruzado a Corona. Pumas se saboreaba el empate y lo festejaba con júbilo; sin embargo, el VAR le avisó al árbitro Jorge Antonio Pérez Durán que había posición adelantada y anuló el tanto. La Máquina se salvaba.

Cruz Azul se metió más al juego, pero el cuadro universita­rio no dejó de creer al grado que en la compensaci­ón casi logran la igualada con un intento de despeje de Pablo Aguilar que fue a estrellars­e de manera angustiant­e al travesaño de Corona. Así, Cruz Azul logró su boleto virtual a la Liguilla y Pumas se quedó fuera de cualquier posibilida­d.

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