Una película pertinente
Que no una buena película. No que sea mala pero lo cierto es que On the Basis of Sex (traducida como La voz de la igualdad y dirigida por Mimi Leder) no hace sino reproducir la fórmula consagrada por tantas historias fílmicas de personajes marginales que se atreven a enfrentar al establishment y salen victoriosos, constructo cuyo linaje fílmico se remonta cuando menos al 1939 en que Jimmy
Stewart encarnara para Frank Capra al pueblerino y novato Mr. Smith que logra, contra todo pronóstico, exponer la corrupción de Washington.
Lo importante entonces será el personaje real que retrata: la estadunidense Ruth Bader Ginsburg, abogada cuyos casos ganados mucho harían por el advenimiento de la equidad de los géneros ante la Ley en su país. Y lo pertinente será el caso del que se ocupa: uno en que la abogada defendiera el derecho a la deducción fiscal de los servicios de una cuidadora para la madre enferma no de una mujer sino de un hombre soltero, supuesto no previsto en una legislación que asumía el cuidado de los enfermos tarea exclusivamente femenina.
La cinta presenta a Ginsburg como el mejor tipo de activista por la justicia: una que argumenta lo anticonstitucional de una legislación que no trata a todos con el mismo rasero, y que tan bien comprende que no puede haber justicia al margen de la legalidad que toma como estandarte la enmienda a una Ley que en apariencia beneficiaría a las mujeres pero que no hace sino reproducir una cultura discriinatoria.
Si On the Basis of Sex resulta tan pertinente hoy es porque recuerda la importancia de la constitucionalidad de las legislaciones, de la igualdad ante la Ley y del debido proceso en un contexto cultural –el que legitima lo mismo la justicia por propia mano en el anonimato digital que el memorándum paralegal de un presidente al que la división de poderes y el texto constitucional le vienen huangos– que, en la polarización de sus actores y la crispación de sus discursos, parece asumir la justicia como algo que puede vivir al margen de la legalidad.
Decía Emilio García Riera que el cine es mejor que la vida. Nunca antes sonó tan ominoso el hermoso epigrama.
Recuerda la importancia de la constitucionalidad