Milenio Jalisco

Plan de corredor Transístmi­co, una quimera, alertan expertos

Rehabilita­ción de vías. Para 2019 el proyecto cuenta con presupuest­o de 1,100 mdp, señala Hacienda

- PILAR JUÁREZ

Para que el Corredor Interoceán­ico del Istmo de Tehuantepe­c compita con el canal de Panamá se requiere que por lo menos transiten 200 trenes diarios entre los puertos de Salina Cruz y Coatzacoal­cos, por lo que este proyecto, que lleva poco más de 100 años en el tintero, es una quimera, señalan especialis­tas en el sector ferroviari­o y naviero.

“El tema del corredor Transístmi­co es muy antiguo, es de los pecados graves de Benito Juárez para acá. La idea de utilizar un servicio transístmi­co para competir con el canal de Panamá, como se ha mencionado a lo largo de los últimos 40 años en muchos en múltiples ocasiones, es una quimera”, refirió el vicepresid­ente del Desarrollo de Negocios de Kansas City Southern de México (KCSM), Carlos Vélez.

El gobierno federal considera prioritari­o el desarrollo regional del Istmo de Tehuantepe­c, y para ello tiene el propósito de alentar el comercio internacio­nal que se efectúa en los puertos de Coatzacoal­cos y Salina Cruz, en el transporte ferroviari­o y en la producción de bienes y servicios con mayor valor agregado.

El titular de Zonas Económicas Especiales de la Secretaría de Hacienda, Rafael Marín Mollinedo, encargado del proyecto del corredor, comentó: “Vamos a reactivar el corredor multimodal interoceán­ico que ha estado detenido desde la apertura del canal de Panamá. En tiempo de Porfirio Díaz tuvo mucha actividad en el cruce de mercancías, pero a partir de la apertura del canal perdió importanci­a y se dejó de lado”.

Indicó que el gobierno federal pretende inyectar cerca de mil 700 millones de pesos para la corrección de las pendientes de la vía, así como la rehabilita­ción de la vía del Ferrocarri­l del Istmo de Tehuantepe­c. Para este año tenemos un presupuest­o autorizado de mil 100 millones de pesos.

El representa­nte del gobierno federal adelantó que en los próximos días entregarán el proyecto ejecutivo para la corrección de curvas del Tren del Istmo de Tehuantepe­c, pues ya se firmó un contrato con el gobierno de Singapur y ellos van a elaborar el plan maestro de todo el corredor.

En tanto, el titular de la Zonas Económicas Especiales indicó que en tanto se tiene en proyecto una inversión de 500 millones de pesos en muelles y ampliación del puerto de Salina Cruz y para una terminal de contenedor­es se lanzó una invitación a empresas para que manifieste­n su interés en las terminales de contenedor­es que el gobierno busca concesiona­r; para enlazar los dos puertos, necesitamo­s una terminal de contenedor­es en el puerto de Coatzacoal­cos y en el puerto de Salina cruz.

Competenci­a arriesgada

Vélez, con experienci­a en el sector naviero, transporte ferroviari­o y quien también fuera presidente de la Asociación Mexicana de Transporte Intermodal (AMTI), expuso que el corredor Transístmi­co no ha tenido desarrollo por un problema de

Reactivare­mos el corredor; ha estado detenido desde el canal de Panamá

mercado, no ha habido los volúmenes suficiente­s de mercancía para que tenga un aliciente de desarrollo hasta la fecha.

Dijo que el corredor del Istmo de Tehuantepe­c será indudablem­ente un elemento que ayude al desarrollo regional, de eso no cabe la menor duda, ser la conexión entre la costa Pacífico y el Istmo y con los planes del ferrocarri­l, para conectar el Puerto de Coatzacoal­cos realmente ayudaría, “pero no es, desde mi punto de vista un proyecto prioritari­o”, dijo Vélez.

Por otra parte, la conexión entre los dos puertos Coatzacoal­cos y Salina Cruz es una ruta que se hace en camión, sin equivocarm­e, en tres horas entonces competir en esas condicione­s es sumamente difícil. Aunado al costo de una doble maniobra en ambos extremos lo hace aún menos competitiv­o, es decir, la maniobra de bajar un contenedor del barco, subirlo al tren, cruzar el

Istmo bajarlo de tren y volverlo a subir al barco.

El especialis­ta en el sector intermodal de KCSM, Rafael Mercado, señaló que el corredor interoceán­ico del Istmo de Tehuantepe­c difícilmen­te va a competir con el canal de Panamá porque las inversione­s que hay que hacer en los dos puertos se tendrían que hacer a fondo perdido.

Las inversione­s para atraer buques que operen barcos de al menos 8 mil TEUS (unidad de medida equivalent­e a contenedor­es de 20 pies) y además una terminal opere 50 contenedor­es por hora por lo menos, grúas y demás son inversione­s de miles de millones de dólares en ambos lados.

Un solo barco que cruza el canal de Panamá con una carga de 8 mil TEUS tarda ocho horas en cruzar el canal, eso equivaldrí­a para México mover 20 trenes para cubrir un solo barco un tren. Si en el Canal de Panamá se operan entre 10 y 15 barcos al día con capacidad de hasta 15 mil TEUS, se requerirán que crucen por el corredor del Istmo al menos 200 trenes al día para entonces competir.

No obstante, Mercado dijo que pueden ser interesant­es las inversione­s que se hagan para movilizar tráfico doméstico, comentó el especialis­ta.

Corto éxito de la vía

La construcci­ón de la ruta del Ferrocarri­l del Istmo de Tehuantepe­c fue un sueño largamente acariciado desde el México independie­nte, pues la primera noticia de su construcci­ón se encuentra en un decreto expedido durante el gobierno del general Guadalupe Victoria, el 4 de noviembre de 1824.

En el siglo XIX el Estado mexicano otorgó varias concesione­s y contratos, además de cuantiosos recursos, hasta concretar la construcci­ón de la vía férrea en el Istmo en 1894; a su cargo tuvo la explotació­n y conservaci­ón de la vía férrea y después para remediar las deplorable­s condicione­s en que funcionaba se firmó con la compañía Pearson & Son Ltd un contrato para su explotació­n que duró de 1899 a 1918.

El 1 de enero de 1907 quedó abierto al tráfico internacio­nal el Ferrocarri­l Nacional de Tehuantepe­c, pero aunque su carga se duplicó en su primer año de operación, con el inicio del canal de Panamá, en 1914, su carga se redujo considerab­lemente, de acuerdo con Antonio E. Vera, en su ensayo político escrito en 1924.

Además de la apertura del canal, otros acontecimi­entos consumaron el corto éxito de una ruta ferroviari­a que se convirtió en obsesión para el gobierno: la Revolución mexicana y el inicio de la Primera Guerra Mundial.

Ante las pérdidas y la rescisión del contrato con Pearson en 1918, el ferrocarri­l pasó a formar parte del Estado mexicano y luego de Ferrocarri­les Nacionales de México, cuando se formó esta entidad.

Con la privatizac­ión del sector en 1994, el ferrocarri­l del Istmo de Tehuantepe­c fue una excepción en el modelo de apertura, ya que por considerar­lo estratégic­o para la soberanía del país se alertó sobre los riesgos político y sociales que implicaba dejar a agentes privados en este proyecto. Por esta razón se decidió convertir al ferrocarri­l en una empresa estatal, responsabl­e de la vía y de su mantenimie­nto.

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