“Hoy es el Día Mundial de la concienciación sobre el Ruido”
Hoy es el Día Mundial de la concienciación sobre el Ruido. Y mientras redacto este texto tengo encendido el televisor de mi oficina, y al fondo escucho otros aparatos de Tv que están sintonizando noticias en la sala de Redacción.
Haciendo conciencia, me doy cuenta del ruido cotidiano que vivo. Subo al auto y enciendo la radio. Ya sea música o noticias, siempre hay sonido mientras
manejo. Por supuesto que además, escucho claxonazos, escapes más que sonoros, pregones de vendedores en los semáforos, y al fondo siempre el ulular de una o dos ambulancias.
La colonia donde vivo es relativamente tranquila. Aunque siempre se escuchanambulancias,puesvivocercadedos hospitales,ladridosdeperro(comenzando por los dos que tengo en casa), el altavoz de una escuela por las mañanas y los gritos de los alumnos durante el recreo, ya queaunos100metros hay un plantel educativo de primaria y secundaria. Todas las mañanas, con excepción del domingo, las campanas del templo cercano suenan cada 15 minutos para llamar desde las 7:30 am, para la mismadeocho.Sonmidespertadorhabitual.
Mis hijos, de quienes reconozco que no abusan del ruido, escuchan música todo el día en sus computadoras o tabletas; y si no, tienen los videojuegos encendidos.
Por todos lados, claro, suenan celulares. Desde el mío, hasta el de cualquier otra persona, suena todo el día debido a mensajes, notificaciones, alarmas y demás ruidos que alerta. Y por supuesto que conozco a una mujer cuyo teléfono suena con ladridos cuando le llama su marido (no soy yo el marido, conste). Iraunrestauranteounbarimplicaescuchar música con altovolumen,opartidos de futbol de todo tipo. Ni hablar de un antro, donde escuchar es un reto mayúsculo.
En fin. Hoy es el día Mundial de la Concienciación Sobre el Ruido y me doy cuenta que cuando me encuentro un silencio, los oídos me zumban. Y lo peor de todo es que si lo pienso mucho, tengo miedo de enfrentarme al silencio. ¿Lo soportaría? No lo sé. Aunque me comprometo a intentarlo.
Me doy cuenta que cuando me encuentro en silencio, los oídos me zumban