Seguridad y economía, los retos: Ackerman
A un año de que Andrés Manuel López Obrador ganó la elección presidencial, el investigador John Ackerman aseguró que los dos grandes retos a los que se enfrenta el mandatario es la seguridad pública y el crecimiento económico.
“No podamos decir que haya fracasado en esos dos temas, pues son siete meses apenas de gobierno, y que éstos los venimos arrastrando desde hace 30 años de neoliberalismo, 12 años de la guerra contra el narco que ha convertido en este país en un baño de sangre con (Felipe) Calderón y (Enrique) Peña Nieto”, dijo.
En entrevista con Carlos Marín para El asalto a la razón, de MILENIO Televisión, el doctor en sociología política manifestó que llevará tiempo frenar ese camino para ir en otro sentido.
“Hoy estamos en los mismos niveles al año pasado en estos dos rubros, ese es el tren descarrilado que dejó Peña Nieto y apenas se está tratando de poner otra vez en los rieles en plena marcha, y la Guardia Nacional apenas está empezando a existir”.
En ese sentido, señaló que sí se atreve a hablar de los muertos del neoliberalismo y de la corrupción, “pues justamente se está cambiando el sistema corrupto que fue una fábrica de muerte, destrucción y desigualdad, así que hay que trabajar para generar una nueva lógica de paz”.
En cuanto a la economía, el también doctor en derecho constitucional comentó que entregar dinero directamente a la gente no es neoliberalismo, “son programas sociales que parten de la política pública en apoyo a los más pobres y cortando a las ‘organizaciones sociales’ corruptas que antes sacaban su tajada”.
Advirtió que lo que se genera es ruido a partir de los grupos que antes se beneficiaban del sistema, pero que hoy están exhibidos y ya no tienen esos apoyos, así que atacan, pero en realidad ahora no es una práctica neoliberal, al contrario, “es apoyar a los pobres y reconvertir toda una economía diezmada por tantos años de políticas neoliberales no es fácil”.
Finalmente, subrayó que el mandatario lo hace democráticamente, pues antes el poder se centralizaba en el presidente como ocurrió en el Pacto por México.