Cine. Leo Sbaraglia, el nuevo chico Almodóvar
Hoy se estrena Dolor y gloria, cinta del español, una semiautobiografía estelarizada por Antonio Banderas, Penélope Cruz y el actor argentino
Por primera ocasión en su vasta filmografía, el cineasta español Pedro Almodóvar decide compartir fragmentos de su vida en un guión titulado Dolor y gloria, en el que retrata pasajes de su infancia, amores adultos y la particular relación con su madre.
Antonio Banderas es el encargado de personificar lo en esta cinta, en la que también intervienen Penélope Cruz, Asier Etxeandia y el argentino Leonardo Sbaraglia, quien da vida aun antiguo enamorado de Almodóvar.
“Estoy muy emocionado pues es de esas cosas donde no te queda más que agradecer al destino por poder tener la oportunidad de trabajar con un director como Almodóvar, no solo por lo que representa, sino por cómo hace las cosas, su narrativa, su estética yen particular, por esta historia que es de una simples ay una profundidad maravillosas ”, expresó S bar agliaaM 2.
El actor también dijo estar conciente de que “trabajar con él te pone en la mirada del mundo y te abre la posibilidad
de que lleguen más personajes, directores y alternativas”.
Sobre el proceso de selección, Sbaraglia reveló además que no fue nada sencillo. “Siempre había manifestado mi deseo de trabajar con él y ahora que estuvo buscando actores de todo el mundo me postulé; concretamente él quería que este personaje fuera español y de principio me habían descartado, pero, afortunadamente, después de varias vueltas, se decidió que fuera argentino”, comentó orgulloso, y añadió que la preproducción “fue hermosa, porque comprendí la naturaleza y el alma de lo que él quería, esa ternura y emoción de los personaje sal reencontrarse, y supe inmediatamente que eso iba a funcionar ”.
Acerca de su relación con Banderas y la química que ambos transmiten en pantalla, Leonardo se dijo satisfecho. “El trabajo con Antonio fue excelente, no tuvimos mucho tiempo, hicimos un ensayo en la casa de Pedro y enseguidavio que funcionaba y no quiso manosearlo. Luego nos encontramosen el set, la magia sucedió y el oficio actoral hizo el resto”.
“Lo más especial fue ver el encuentro de Pedro con Antonio, que son dos personas que se conocen desde los ochenta, que han construido una relación muy fuerte y que cuando los ves trabajar solo puedes pensar en todo lo que han vivido juntos: no solo fui un actor interpretando un papel, sino un espectador de este vínculo entre ellos”.