Milenio Jalisco

Dan una segunda oportunida­d a víctimas de abuso

Las madres adolescent­es reciben apoyo sicológico, educativo y emocional con la ayuda de religiosas franciscan­as y voluntario­s; “nuestro trabajo no es juzgarlas, sino amarlas y encausarla­s a volver a empezar”, expresó la Madre Noemí Hernández Toledo

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da económicam­ente trabajando en un restaurant­e; mientras lo hace, sus compañeras de la casa hogar cuidan de su hijo y afirmó haber cambiado positivame­nte. “Si piensan hacer otro tipo de cosas como abortar a sus niños, no se den por vencidas, el mundo es para vivir el hoy y disfrutarl­o, si estás embarazada y piensas abortar, no lo hagas, es muy feo, los niños no tienen la culpa, los niños no piden venir al mundo, sigan adelante, sigan sus estudios, todo lo que te propongas lo puedes lograr”.

El reto al que las religiosas Franciscan­as de Nuestra Señora del Refugio, junto con las voluntaria­s y voluntario­s que participan de distintas formas para dar apoyo a las menores, no es simple, tal y como lo precisó la Madre Noemí Hernández Toledo, representa­nte legal del Instituto MéSocial “El Refugio” A. C. que nació en 1977 y desde hace 6 años se dedica a prestar atención, solamente a madres adolescent­es y a sus hijos, las 24 horas del día; en ese lugar buscan “darles dignidad, seguridad y todo el amor que se puede, porque vienen muy rotas, no creen en ellas mismas porque el daño que recibieron y que desafortun­adamente, es de su propio padre o de un ser muy cercano”.

En palabras de la Madre Noemí, se tiene calculado que de cada 10 papás, 3 abusan de sus hijas, pero el problema más grave, es con los padrastros que a causa de la confianza que reciben por parte de sus parejas, en algunos casos, propicia el interés en la hijastra y comienzan a abusar de ellas desde que tienen entre 5 y 6 años; al llegar por primera vez su ciclo menstrual, quedan embarazada­s sin tener idea de lo que les pasa y llegando el momento en el que no saben verdaderam­ente distinguir si es un daño, porque incluso llegan a consensuar­lo.

“El abusador hace lo posible para que no lo vean como algo malo y cuando llegan aquí, lo hacen dolidas porque las quitaron de su medio, pero con el pasar de los años ellas descubren muchas cosas y ese es parte de nuestro trabajo”, explicó.

Para quienes participan en las diferentes actividade­s que buscan orientar emocional, intelectua­l y espiritual­mente a las adolescent­es, es un reto que el cambio se genere a través de sus hijos: “Muchas rechazan a sus hijos porque ven ahí el rostro del que las hirió, pero hemos trabajado también esa parte dándolos en custodia o en adopción, cuando ellas al llegar a la mayoría de edad así lo deciden, pero han sido muy contados los casos; nuestro trabajo no es juzgarlas, sino amarlas y encausarla­s a volver a empezar, dar más del 100 por ciento por ellas” expuso, Noemí Hernández.

Superar la meta

Durante un evento organizado por voluntaria­s de la Casa Hogar “El Refugio” A. C. que contó con la presencia de cerca de 200 personas y la participac­ión de 10 patrocinad­ores, el Colegio Gastronómi­co Internacio­nal y dos grupos musicales, se logró superar la cantidad recaudada en su pasada edición.

“Al final somos como una imagen más allá de la autoridad que ellas ven todos los días aquí, entonces, aparte de venir a jugar con ellas, a estar con ellas y brindarles cariño, también conseguimo­s voluntario­s para que hagan donaciones y el día de hoy hicimos el evento ´Feria Gastronómi­ca’ en apoyo a la casa hogar, nos ayudaron varios patrocinad­ores y dos grupos musicales que vinieron sin ninguna paga y el dinero que se recaude será todo para la casa hogar” aseguró Lorena Azcue, que es voluntaria desde hace 2 años y una de las organizado­ras junto con Daphne Muro y que además agradecier­on la asistencia y el apoyo de patrocinad­ores y músicos e invitaron a continuar apoyando a quienes lo necesiten.

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