¿Corrigiendo el rumbo?
Es una semana inusual en todos sentidos. En cualquier democracia lo sucedido con Juan Collado y los 40 (supuestos) ladrones o las irregularidades en Baja California serían tema en extenso de esta columna. La renuncia de Carlos Urzúa ha puesto de nuevo de manifiesto las guerras al interior de la administración de López Obrador.
Se perciben en el ambiente político nacional señales de alerta que no debemos soslayar, turbulencias que sacuden , sembrando miedos, preocupación y angustias y que han motivado ya 11 renuncias; en dos casos, en sectores fundamentales del desarrollo nacional primero en el IMSS, que dejó Germán Martínez, y después y más grave, en la cabeza del sector financiero del gabinete, la del ex Secretario de Hacienda por "patentes conflictos de interés". En ambos casos acusando amiguismo.
Resulta normal que quienes nos dedicamos a la críticadestaquemosanomalías,vicios,cuestionemosdecisiones, subrayemos los aciertos, en fin, pero cuando el titular de un puesto clave como es la Secretaría de Hacienda, señala discrepancias hasta con el propio presidente y admite que muchas decisiones se toman “sin el suficiente sustento” y aún peor: que existe “imposición de funcionarios que no tienen conocimiento de la Hacienda Pública, entonces las cosas necesariamente proyectan otra percepción.
La renuncia de Urzúa no es cualquier cosa, ha encendido focos de alerta y para los analistas no deja de ser una interrogante, los conocimientos en materia económica, de quién mueve los hilos desde la presidencia, sí, léase Alfonso Romo, pues es de todos sabido que el exsecretario de Haciendatuvofuertesdiferenciascon el jefe de la oficina de la presidencia; por su injerencia en la toma de decisiones sobre los directores de la banca de desarrollo (a petición de AMLO) de Margarita Ríos Farjat al frente del SAT, de Rocío Nahle en Energía y Raquel Buenrostro en la Oficialía Mayor de Hacienda.
La mayoría de los especialistas reconocen sin embargo, el acierto de haber nombrado a Arturo Herrera como titular de Hacienda, pues conoce bien el tema y sabe lidiar con el estilo López-obradorista.
Coincido con Eduardo Torreblanca en su columna “Universo Pyme” de El Financiero, cuando advierte quelarenunciadeUrzúasibienserefieremásaprácticas que se alejan de la adecuada prudencia en el ejercicio de la política pública responsable, es obligado pensarquequizásurenuncianohayasidomotivadaporlo que "ya pasó" sino por lo que pudiera pasar en breve.” Y es que el próximo 8 de agosto la dependencia deberá presentar ante el Congreso el paquete económico del 2020 (que por cierto acepto AMLO hubo diferencias con Urzúa sobre este tema).
Para Torreblanca estamos cada vez más cerca de una recesión económica derivada de la pasada administración, sí pero también como consecuencia de “El ejercicio brutal de un redimensionamiento de lo estatalnosolohalogradoahorrossinodepasosehallevado parte de un músculo necesario para que la economía se mueva”.
La 4-T presenta problemas que aún hay tiempo de resolver. Está visto que parte de la administración no estáyadeacuerdoconlaformacomoseconduce,aunque hayan iniciado felices por el destino al que pretenden llegar.
La renuncia de Urzúa no es cualquier cosa, para los analistas no deja de ser una interrogante