¿Dónde quedó la bolita?
Digo, cuesta trabajo creer que haya quien crea que entre Jelipillo Calderón y mi licenciado Peña le condonaron a los mexicanos más afortunados y ricachones, gracias a sus facultades presidenciales, la friolera de 400 mil novecientos millones de pesos. Y en el dudoso caso de que eso haya ocurrido seguro fue por las mejores razones. Digo,
ni modo que le condones impuestos a los jodidos, a los que el SAT tiene agarrados de salva sea la parte, cuando le puedes hacer el favor a quienes detentan los medios de producción.
Digo, si estos dos ex pre si ch entes libraron de las pesadillas hacen da ria sala plutocracia fu fu rufa es también para no quitarle el tiempo ni recursos al agente de bien que no tiene por qué andar penando como un Godínez cualquiera correteado por el terrorismo fiscal. O sea, todavía hay clases.
Además, todo esto no es nuevo, viene de una excelsa tradición que se inventaron en elPRIcámb rico temprano para institucionalizar bien y bonito la revoluciónque encuentra su momento más chido con el Fobaproa y el rescate carretero, entre muchas otras cosas más.
La clase de cosas que te devuelven la fe en la humanidad, sobre todo ahora que están recordando de mala manera que durante el juicio de El Chapo Guzmán salió una cosa muy mala onda, que tanto como Calderón como Peña estaban en la nómina del conocido jefe de jefes del Cártel de Sinaloa. O sea, eso es imposible, no se vale tanta maldad.
Ahora mismo Roberto Rock, periodista de quien siempre he envidiado su apellido, presenta un libro donde entre otras muchas cosas cuenta de la manera en que en la desesperaciónOsorioChongorganizabaelpasedecharolayVidegaray organizaba los movimientos financieros que, al final, no sirvieran para nada.
Como quiera que sea, y con el único fin de poner las cosas en su sitio, además de tapar bocas, Jelipillo y don Enrique deberían hacer varias cosas para recuperar el rating perdido (mientras el mexiquense gana likes gracias a la novia que lo considera un caballero, el michoacano no reúne un puñado de estusiastas en sus mítines): impedir que Coello Trejo obtenga más amparos para su clientela, cuestionar las triquiñuelas de Juan Collado y sus representados, resolver el bonillazo en Baja California y descubrir el secreto de la eterna juventud de Maribel Guardia.
No vaya siendo.
Ni modo de condonar impuestos a los que el SAT tiene agarrados de salva sea la parte