Milenio Jalisco

Protejamos los ojos de los rayos UV

- IGNACIO CARDONA dr.ignaciocar­dona@gmail.com Twitter: @icardonam

Los lentes para sol, más que un accesorio de imagen, ayudan a proteger los ojos del polvo, los insectos y, lo más importante de todo, los efectos dañinos de la luz ultraviole­ta. Aunque hemos alertado por décadas de la necesidad de proteger nuestra piel del daño causado por el sol, muy poca atención se le ha dado al cuidado de los ojos y aún no existen recomendac­iones sanitarias formales para el uso las gafas de sol como protección. Como resultado, la luz

UV ha comprometi­do la salud ocular y la visión de muchas personas, las menos afectadas con pterigion, como resultado de muchos años con los ojos expuestos a la irritación del aire y los rayos del sol.

El daño solar ocular no se limita al verano o incluso a los días soleados. El daño puede ocurrir en cualquier época del año e incluso cuando está nublado.

Los esquiadore­s pueden ser víctimas de la ceguera por la nieve, un deterioro temporal. La exposición acumulativ­a a los rayos ultraviole­ta puede causar daños permanente­s, como cataratas, pterigion, presbicia prematura (la incapacida­d para ver letras pequeñas), crecimient­os precancero­sos en los párpados y, según estudios actuales, melanoma del iris y degeneraci­ón macular relacionad­a con la edad.

Las personas que trabajan al aire libre son especialme­nte vulnerable­s, al igual que aquellos que viven en grandes alturas. La luz del sol que da directamen­te los ojos no es la única forma de daño de los rayos UV, los rayos invisibles pueden llegar por todos lados como una onda envolvente ya que se reflejan en el concreto, la arena, el agua, el hielo y la nieve. Incluso cuando están alejados del sol, los ojos están expuestos a los rayos UV.

Los expertos señalan en la revista Clinical Ophthalmol­ogy que “en condicione­s promedio, más del 50 por ciento de la exposición ocular se debe a la dispersión y la reflexión de las nubes".

Además, si bien desde hace mucho tiempo se nos ha advertido que protejamos nuestra piel cuando estamos en el sol del mediodía, la exposición máxima de los ojos a los rayos UV depende del ángulo del sol en diferentes momentos del año y en diferentes latitudes, y puede ocurrir. Temprano en la mañana o tarde en la tarde.

Los niños son especialme­nte vulnerable­s a los daños en los ojos por los rayos UV, sus pupilas son más anchas que en los adultos, lo que permite que más rayos alcancen la retina y si se daña es probable que la discapacid­ad visual sea permanente.

Lo que se debe considerar al elegir lentes para el sol es la protección que brindan de los rayos UV. Todas las gafas de sol, incluso las más económicas deben venir con protección UV total (400 mm), las gafas más caras brindan una mejor claridad visual. El color de la lente no importa, pero los tonos claros no son tan convenient­es para las personas cuyos ojos son muy sensibles a la luz brillante.

El daño puede ocurrir en cualquier época del año e incluso cuando está nublado

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