Aumentar, ¿la tarifa?
En periodo vacacional, en un auténtico ‘madruguete’, se anunció el aumento de la tarifa al Siteur [Tren Ligero, Macrobús y SiTren], para pasar de $7 a $9.5 pesos.EnlaruedadeprensaelTitulardelEjecutivo se acompañó de la élite empresarial, de los respetadísimos líderes sindicales, pero no se pudo convocaralosrepresentantessocialesdirectamenteafectados [estudiantes, víctimas, colectivos, ONG’s]. Es decir,lasorganizacionessinfinesdelucronofueron requeridas, por las ‘organizaciones de lucro sin fin’ quedaron sobre representadas. En democracia, los gobernantes no representan negocios, sino intereses –de la mayoría, no de la minoría–: deben ser la fiel expresión de un interés social mayoritario, depositado en la autoridad que ejerce. ¿A quién se representa aquí?
Es importante destacar que, el día de ayer, el anuncio realmente nuevo fue el aumento de la tarifa tanto para las modalidades de transporte del Siteur, como para la totalidad de las rutas [130 en el Área Metropolitana de Guadalajara] antes de culminar este año. El modelo Ruta–Empresa [que establece criterios para la certificación de rutas, como señalización digital de la ruta, GPS, sistema de video vigilancia, etc.] y el sistema prepago fueron políticas públicas emprendidas por la administración anterior –mismas que quedaron inconclusas–. Por otro lado, a efectos de mitigar el impacto social del aumento en la tarifa, se dio a conocer con peculiar ‘entusiasmo’, que serían los empresarios y sindicatos los encargados de gestionar un apoyo de máximo 10 pesos diarios a los trabajadores, a través de la tarjeta de prepago, puesto que subsanaría el costo de 2.5 pesos adicionales, en caso de que se tomen cuatro autobuses. Pero, ¿y si no ocurre? ¿Podrán los trabajadores reclamar ese supuesto beneficio? ¿Qué oficinas se habilitaron para ello? ¿Quién hará valer el supuesto acuerdo? Todo mandato de autoridad, no vinculante, es propaganda política.
No parece claro cuál es el criterio para que las modalidades de transporte público masivo de Macrobús y SiTren [que en los hechos son autobuses], del Sistema de Tren Eléctrico Urbano (Siteur), cobren una tarifa de 9.5 pesos. ¿Por qué? Porque ese costo está pensado más para un modelo de negocio privado [que genera utilidades, acumulación de riqueza al dueño del capital], y del que es beneficiario el ‘pulpo camionero’; pero no para un servicio que se supone es “público” y que, como tal, debe procurarlasostenibilidad,oportunidadyutilidaddelservicio, no su rentabilidad.
Resulta oportuno recordar que el 18 de junio de 2015, en su cuenta oficial de Twitter, el ahora Gobernador del Estado acertadamente señaló: “la solución a los problemas del transporte público no es el aumento de la tarifa”. Tenía toda la razón: la gran asignatura pendiente sigue siendo la deplorable calidad del servicio en el transporte público convencional. Uno de los peores de la República. De acuerdo a la Encuesta de Satisfacción de los Usuarios del Transporte Público en el AMG 2018, los usuarios le otorgaron un 5.26 de calificación a esta modalidad de transporte (el autobús), la cual contrasta diametralmente con la otorgada al Tren Ligero...
En democracia, no se representan negocios, sino intereses. ¿A quién se representa aquí?