The Boys y el final de Orange Is The New Black
Tenemos un problema: la gente que se dedica a hablar de cómics y de cultura pop, y las agencias de relaciones públicas,asumenquetodoMéxico sabeyvibraalritmodelashistorietasdeculto.Resultado:cuandonos quieren invitar a ver un estreno dicen un montón de cosas que solo a ellos les importan, como que si la adaptación no le es fiel al cómic, como que si tal personaje antes era de un color y como ahora es de otro, ya no vale. ¿No sería más fácil siabandonaranesaposicióndefalso poder y pensaran más en las audiencias? ¿No sería más fácil si le explicaran las cosas a la gente?
Hoy, por ejemplo, se va a estrenar una joya en Amazon Prime Video y los especialistas, en lugar de motivar al público a buscarla con desesperación, lo espantan con su arrogancia. Por supuesto, me refiero a The Boys, unaserieimperdiblesobreelmundo de los superhéroes.
¿Por qué es imperdible? Porque al mismo tiempo que divierte a quien la ve, hace la crítica más feroz que jamás se le haya hecho a estetipodehistorias,aestaclasede personajes y, lo más duro, a toda la industria del entretenimiento. En The Boys hacen pedazos a La liga de la justicia, a Avengers, a sus creadores, a sus explotadores. Es una bomba, y es que, seamos sinceros, detrás de estas deidades se esconden muchos horrores y excesos que nos dejan muy mal parados a todos. Está de más hablar de las actuaciones, de los libretos, de la producción o de los efectos especiales.Esoesirrelevantecuando tenemos un concepto de ruptura tan impresionante. Busque ya The Boys en Amazon Prime Video. No se arrepentirá.
Adiós
Hoy se estrena la última temporada de Orange Is The New Black Amazon Prime Video estrena esta joya en Netflix y yo todavía estoy con la boca abierta por todo lo que ahí sucede, por el nivel de calidad y por lo que este desenlace significa. No, no le voy a contar lo que va a suceder en estos últimos capítulos para no echarle a perder la experiencia, pero sí le voy a decir varias cosas: Uno, no hay manera de ver esta temporada final y de no reír, de no llorar, de no ponerse a pensar. Dos, no me cabe en la cabeza cómo le hicieron los responsables
de esta serie para extender las situaciones de los capítulos anteriores, pero lo hicieron con una excelencia bárbara, admirable, tremenda.
Tres, qué increíble catálogo de losmásprofundosconflictossociales del momento aparece en el cierre de Orange Is The New Black. Todo lo que está saliendo en las noticias, está ahí. ¡Todo! Cuatro, si usted pensaba que las actuaciones de las actrices de esta producción original de Netflix habían sido magistrales era porque no las había visto despidiendo a sus personajes. Cada una de ellas se consagra en esta temporada. Cinco, miedo. Mientras veía esos capítulos, sentí miedo. La libertad es algo tan frágil. La libertad es algo tan relativo. La libertad nunca se aprecia en su real magnitud.
Y seis, esto es tan grande que no se sorprenda si al rato aparecen productos derivados, series para personajes específicos. Sería injusto si no fuera así. Con Orange Is The New Black se nos va una parte importante de nuestras vidas. ¿Qué vendrá después?
Luche por ver el final definitivo de esta inmensa serie. Le va a encantar. Es en serio.