Guadalajara ha infraccionado a más de 8 mil ambulantes
Práctica. Aunque es ilegal, muchos recurren a ella como su única forma de vida, y andan de ciudad en ciudad ofertando sus productos y toreando inspectores
En lo que va de la actual administración, es decir desde el 02 de octubre de 2018 hasta el 17 de julio, la Dirección de Inspección y Vigilancia de Guadalajara, ha levantado un total de ocho mil 901 actas de infracción a vendedores ambulantes.
Víctor Manuel Tenorio Adame, director de Inspección y Vigilancia tapatío, indicó que desde el inicio de la actual administración se han realizado operativos contra el ambulantaje, principalmente en la zona centro.
“En específico en el cuadrante de López Cotilla, Prisciliano Sánchez, hasta avenida Hidalgo, hasta la Plaza de la Liberación, y hacia arriba hasta Zaragoza, que es el lugar por donde más se colocan los vendedores ambulantes”, informó.
Detalló que según la temporada, llegan más a las calles, como en Navidad o la Romería.
Los llevan a cabo un grupo de 60 a 65 inspectores en los turnos matutino y vespertino, y los fines de semana se agrega otro grupo más de inspectores.
Cuando detectan a algún ambulante ofreciendo sus productos, el proceso es llegar directamente con él, se le infracciona con su multa y tras previo pago, de aproximadamente dos mil 500 pesos, se le regresa la mercancía incautada.
Sin embargo, no todos regresan por ella o pagan la infracción, pues a veces su costo es más alto que el de los productos que ofertan.
“Hay que comer”
Cuando se tiene hambre, deseos de superación y hasta falta de oportunidades, es cuando se hacen muchas cosas, lícitas, para llevar el sustento a casa. Para muchos, estas razones son las que los llevan a vender productos en la vía pública, como a “Pedro”.
Él, año con año, visita varias zonas centro de al menos cinco ciudades del país, para después, tomarse unas vacaciones en su natal Pénjamo Guanajuato
“He vendido desde papas con chile, paletas de hielo, pistolas de burbujas, discos, dulces y hasta juguetes de poco valor (monetario); he estado en México, en Guanajuato, aquí (Guadalajara), Querétaro, Puebla, Aguascalientes, y a veces nos va bien y a veces mal, pero seguimos trabajando”, indicó el guanajuatense.
Sus plazas más difíciles han sido Guadalajara y Zapopan, pues aunque la venta ha sido buena en las diferentes temA Vendedor ambulante Inspección y Vigilancia poradas en las que ha acudido, siempre ha tenido que torear a los inspectores, pues dice, aquí, son “muy bravos”.
“Pues uno se hace de sus mañas, y ahí los anda uno toreando pa sacar para comer y mantener a mis hijos; tengo cuatro, y nomás los dos más chicos estudian, los otros dos ya están grandes, ya trabajan, andan en otras plazas (ciudades) y pues tenemos la idea de fincar nuestro terrenito que tenemos en Pénjamo”, dijo.
Agregó que si bien es cierto que venden sus productos de manera irregular, los permisos o rentar un local establecido les sale más caro, por ello, prefiere seguir en el ambulantaje, arriesgándose a diario.
“Esto es un arriesgue, como la vida, el que no arriesga no gana. Y como decimos allá de donde somos nosotros: si no vas por todas las canicas entonces pa’ que vas”.
“Pedro”,esunodelostantosgolondrinos que habitan el centro tapatío, con la finalidad de vender sus productos, andando “a salto de mata” por las zonas de venta en la metrópoli.
Y aunque gran parte de algunos de sus productos sí son solicitados porlaciudadaníaoturistasquellegan, esas prácticas no son adecuadas.
“Pues uno se hace de sus mañas, y ahí los anda uno toreando pa sacar para comer y mantener a mis hijos; tengo cuatro, y nomás los dos más chicos estudian, los otros dos ya están grandes, ya trabajan, andan en otras plazas (ciudades)”
“Pedro”
“En específico (se concentran) en el cuadrante de López Cotilla, Prisciliano Sánchez, hasta avenida Hidalgo, hasta la Plaza de la Liberación” Víctor Manuel Tenorio