Manuel Baeza
“Una cosa es manifestarse, y otra romper la ley”
La línea entre una manifestación y un acto ilegal o fuera de reglamento es tan pequeña, que es muy fácil cruzarla, a veces sin caer en cuenta de ello. Y las manifestaciones por el alza a la tarifa del transporte urbano en Jalisco son un buen ejemplo para revisar el caso.
Manifestarse es un derecho en toda sociedad, y no hay duda de ello. Protestar por una situación que a algunos les parece incorrecta, sea cual fuere ésta,
es un acto que tendría que considerarse normal. Por ello existen las marchas, los plantones, la exhibición de mantas y carteles de protesta, y una larga serie de actividades que nos permiten mostrar a las autoridades, o a ciertos sectores de la sociedad, que no estamos de acuerdo con ellos.
Pero una cosa es manifestarse, y otra cosa romper la ley o los reglamentos. Allí es donde se cruz ala línea.
Pintar consignas sobre edificios públicos o privados es un daño a la propiedad. Que manifestantes inciten a otras personas a no cubrir la cuota por el uso del transporte público y mantener abiertas las puertas de ingreso a las estaciones, también viola reglamentos.
Aquí es don del acosase pone interesante:si alguien decide manifestarse yen esas acciones provoca daños o viola reglamentos, entonces tendría que asumir de manera consciente las consecuencias y, por extraño que parezca, lucirlas como medallas ganadas en una batalla.
Su actitud tendría que ser la de alguien que con el rostro descubierto sea detenido (sin exceso de fuerza, por supuesto) y presentarse ante el juez para decir: "Sí, soy culpable de haber permitido el ingreso sin pago de otras personas a la estación... Lo hago porque considero que la nueva disposición es arbitraria", o algo parecido. Y entonces pagar la multa; o hacer el servicio social necesario; o pasar encerrado las horas que dicten las autoridades.
Hacer lo mismo embozado, y cuando la policía se presente, entonces intentar huir, o luchar para evitar el arresto, permite que uno caiga en la categoría de vándalo, o incluso de cobarde.
Al manifestarse hay que dar la cara. Y si uno decide de manera consciente arriesgarse a infringir disposiciones oficiales, entonces hay que asumir las consecuencias con valor, y de frente. Eso, por difícil que parezca, es el verdadero valor de la protesta.
Del abuso policial, me referiré mañana. No hay comentarios.
Pero una cosa es manifestarse, y otra cosa romper la ley